EL ORADOR Y SUS RECURSOS
a. EL ORADOR EN SÍ MISMO
Referido al primer aspecto físico del expositor, que es la primera impresión que debe ser agradable para el oyente.

El expositor debe estar aseado, evitar malos olores, con buen semblante, denotando seguridad y fuerza moral.

Se debe estar concentrado, dejando de lado problemas. Po otro lado un expositor inseguro, desaliñado proyecta una imagen poco agradable al oyente.

No hay una vestimenta especial para exponer, sin embargo esta debe ser formal, de acuerdo al momento, porque refuerza la imagen del expositor. La ropa debe estar limpia y planchada, al igual que el calzado, y los modelos y colores deben estar de acuerdo con la estatura, edad y contextura del expositor, de otra …ver más…

Es el tipo de respiración que necesita el expositor: hace recordar a una bolsa de papel que se llena de aire y al ser apretada lo expele.
Ejercicios para mejorar la respiración
De pie, con el abdomen hacia dentro y el pecho hacia fuera (la punta de los hombros hacia atrás), se inspira lenta y profundamente. En seguida comenzar a pronunciar la letra "a" y seguirla hasta quedar con poco aire en los pulmones. Debe continuarse el ejercicio hasta acostumbrarse a retener cada vez más tiempo el aire en los pulmones.
De pié, completamente erguido, con los brazos extendidos, sosteniendo una vela encendida, inspirar profundamente y soplar lentamente a la vela colocada en frente, pero sin llegar a apagarla, hasta quedar con poco de aire en los pulmones. Continuar el ejercicio.
El mismo ejercicio, solamente que en lugar de la vela se sostiene un cuaderno sobre el cual se han colocado pequeños papeles, los cuales con la exhalación deben bailotear sin llegar a caerse

e. LA MIRADA
La mirada en completamente importante en la exposición. El expositor debe mirar al oyente en forma tranquila, natural, recorriendo todo el auditorio. No debe mirar al techo o al suelo. Debe al rostro más que a sus ojos procurando no posarse demasiado en alguno de los oyentes en particular, lo cual resultará incómodo a quien se siente observado reiteradamente y por otra