Dragones Del Eden Capitulos 4,5
Una abeja cuando es lanzada desde una gran altura alcanza enseguida su velocidad máxima. La resistencia que le genera el aire impide que ésta se precipite con mucha violencia, y así al caer al suelo es capaz de seguirse moviendo por sus propios medios. Un ratón puede ser arrojado a un pozo de trescientos metros de profundidad y si el terreno es blando, llegará al fondo un poco aturdido pero sin algún rasguño. El ser humano, por el contrario, podría quedar parapléjico o hasta perder la vida si se precipita de una altura que exceda los cuatro metros. Pesamos mucho en proporción a la superficie externa de nuestro cuerpo. Cada salto dado por nuestros antepasados constituía una …ver más…
El Eo H Hipos “Caballo de la Aurora” era más o menos del tamaño de un pastor escocés, con un volumen cerebral de unos 25 cm3 y la mitad de la proporción que tiene un mamífero actual. Desde entonces los caballos han presentado nuevas incorporaciones en el neocórtex y en los lóbulos frontales y temporales así como en otras regiones cerebrales.
El Homo Hábilis construía viviendas al descampado, muy probablemente de madera, junco, hierba, y piedra. Es posible afirmar que tanto el Homo hábilis como el A robustus surgieron del A africanus que sobrevivió tiempo suficiente para dar origen a ambos.
El primer hombre cuyo volumen endocraneal coincide con el del hombre actual es el del llamado Homo Erectus. Se han hallado restos de H. Erectus Asociados a fogatas. Es posible que nuestros antepasados coincidieran en el uso del fuego desde hace más de un millón y medio de años. No hay modo de explicar la aparición de útiles de piedra. Forzosamente tuvo que existir una especie de comunidad o hermandad de artesanos de la piedra que transmitiesen éste conocimiento de generación en generación.
Puedo apreciar la importancia que tiene el cuadro comparativo de de masas cerebrales sobre los A gráciles, los Homo Hábilis, y el H Erectus. Durante el plioceno y el pleistoceno existió una intensa rivalidad entre muchas formas antropoides, de las que solo sobrevivió un tronco. Éstos eran los capaces de construir armas y