Diseño para realizar un ensayo
LOS OJOS DEL PERRO SIBERIANO
Para Sandra, por supuesto.
¿NO CREE QUE ES ESO
PRECISAMENTE LO QUE LA
LITERATURA DEBE HACER,
PROVOCAR DESASOSIEGO?
ANTONIO TABUCCHI
Es terrible darse cuenta de que uno tiene algo cuando lo está perdiendo.
Eso es lo que me pasó a mí con mi hermano.
Mi hermano hubiese cumplido ayer 31 años, pero murió hace 5.
Se había ido de casa a los 18, yo tenía 5 años. Mi familia nunca le perdonó ninguna de las dos cosas, ni que se haya ido, ni que se haya muerto. Esto, si no fuera terrible, hasta sería gracioso.
Pero no lo es, lamentablemente. Perdonen si este párrafo es confuso. Quiero contar toda la historia esta noche.
Mañana me voy.
Tal vez si logro repasar mi historia en voz alta, …ver más…
Supongo que no hace falta decir el pavor que sentía ante la posibilidad que enfocara en mí sus ojos azules asesinos. Mi hermano había sido su orgullo, el primogénito y el primer nieto de la familia. En las fotos de cuando Ezequiel era chico y estaba con papá, hay una expresión de felicidad, una gran calma y un indisimulado orgullo en los ojos de mi padre.
Ezequiel nació pesando más de cuatro kilos, el pelo negro como el de mi madre y los ojos azules como los de él. Era una perfecta síntesis de lo mejor de cada uno de ellos, la cara ovalada, la nariz recta. Un precioso niño.
Cuatro años después mi madre quedó otra vez embarazada, pero el bebé, una niña, murió en el parto. En ese momento decidieron no tener más hijos. Después cuando mamá volvió a quedar embarazada no lo podían creer. Ezequiel colmaba todas sus expectativas, era un buen alumno, un hijo ejemplar, era todo lo que habían deseado.
Se imaginarán que de ese embarazo nací yo. Ezequiel me confesó muchos años después que me odió por eso. Odió a ese bebe que no era ni grande, ni lindo (yo tengo la combinación inversa; el pelo castaño de mi padre y los ojos marrones de mi madre). Me odió por haber llegado a romper esa química, por haberlo desplazado del centro de atención en el que estaba hacía trece años, hacia la periferia.
II
Seguro que mi primer recuerdo es ése. El del día que Ezequiel se fue de casa. No es que recuerde exactamente la situación, pero sí que yo estaba en mi