• DIFERENCIA Y SEMEJANZA ENTRE SABER Y CONOCER
El verbo español "conocer": conocemos “algo” o “a alguien”. Se utiliza cuando hemos tenido alguna experiencia con una cosa o con una persona conocida:
Conocí a Víctor en la clase del lunes.
Conozco un parque muy bonito en Valencia.
En cambio, el verbo "saber" lo utilizamos para hablar de habilidades aprendidas como hablar un idioma, practicar un deporte, ir en bici, etc:
Esta estudiante sabe hablar cinco lenguas.
El profesor Víctor sabe jugar a fútbol muy bien.
FILOSOFOS DE LA NATURALEZA
A los primeros filósofos de Grecia se les suele llamar «filósofos de la naturaleza» porque, ante todo, se interesaban por la naturaleza y por sus procesos.
Los primeros filósofos tenían en común …ver más…
Daban más o menos por sentado que todo lo que existe en el mundo es eterno. Nada puede surgir de la nada, pensaba Parménides. Y algo que existe, tampoco se puede convertir en nada. Pero Parménides fue más lejos que la mayoría. Pensaba que ningún verdadero cambio era posible.
No hay nada que se pueda convertir en algo diferente a lo que es exactamente.. Con los sentidos observaba cómo cambiaban las cosas, pero esto no concordaba con lo que le decía la razón. No obstante, cuando se vio forzado a elegir entre fiarse de sus sentidos o de su razón, optó por la razón. Esta fuerte fe en la razón humana se llama racionalismo. Un racionalista es el que tiene una gran fe en la razón de las personas como fuente de sus conocimientos sobre el mundo.
Al mismo tiempo que Parménides, vivió Heráclito (aprox. 540-480 a. de C.) de Éfeso en Asia Menor. Él pensaba que precisamente los cambios constantes eran los rasgos más básicos de la naturaleza. Podríamos decir que Heráclito tenía más fe en lo que le decían sus sentidos que Parménides.
-Todo fluye», dijo Heráclito. Todo está en movimiento y nada dura eternamente.
Por eso no podemos «descender dos veces al mismo río», pues cuando desciendo al río por segunda vez, ni yo ni el río somos los mismos. Heráclito también señaló el hecho de que el mundo está caracterizado por constantes contradicciones. Si no estuviéramos nunca enfermos, no entenderíamos lo que significa estar