El sentido mágico de la palabra
Angel Rosenblat

1. Introducción: 2.1. Tema: el poder divino y mágico de la palabra en la antigüedad y su profanación actual. 2.2. Aspectos generales: 2.3.1. Todas las palabras llevan consigo un evoque de sus orígenes. 2.3.2. En las religiones, incluso en las predominantes en América, Dios creó el universo por medio de la palabra. 2.3.3. La magia de las palabras revive por medio de la poesía, los sonidos y la palabra escrita. 2.3.4. El misterio de las palabras creaba lazos indisolubles, daba validez a un pacto, creaba o extinguía las obligaciones jurídicas, imponía deberes sagrados. 2.3.5. La palabra tenía la capacidad tanto de herir como …ver más…

Funcionaban como un rito, lo cual creaba lazos indisolubles, daba validez a un pacto, creaba o extinguía obligaciones jurídicas, imponía deberes sagrados. Indica el escritor que era tal la mezcla de magia y misterio en las palabras que éstas eran capaces de hacer el bien, de bendecir, pero también podían hacer el mal, o maldecir; una palabra podía sanar, pero también herir de la peor forma. En ese entonces, cuando las palabras estaban llenas de eso especial y divino, las culturas estaban muy arraigadas a los conjuros, palabras mágicas, fórmulas verbales. Cada palabra era dicha con plena confianza en su efecto, o al contrario, ciertas palabras eran omitidas por temor a las consecuencias.
Rosenblat expone que el poder de las palabras influía incluso en la selección de los nombres propios. El nombre desde la antigüedad forma parte indivisible y esencial del ser, es motivo de polémicas culturales, ya que cada una de las diferentes culturas tiene una concepción o creencia acerca del hecho de nombrar a alguien, como hacerlo, cuando cambiar los nombres o que es lo que significa cada uno.
Además de esto, Rosenblat señala que el lenguaje cada vez se aleja más de la magia y la religiosidad y se acerca a lo corrupto. EL autor considera que las palabras son, en la actualidad, una metáfora muerta, ya que han perdido poco a poco su contenido, su significado. Por ello, Rosenblat afirma que el destino del lenguaje es su progresiva