CARTA DE UNA DESCONOCIDA.
1. ¿Qué busca la desconocida con la carta?
Que su amado conozca por fin toda la verdad, que sepa que toda su vida, desde que era solo una niña de trece años lo había amado, que tenía un hijo suyo, hacerle lo que se dice una confesión de amor.
2. Comenta lo que te sugiere el suiguiente párrafo: “Mi vida anterior a conocerte debía de ser como un sótano polvoriento, lleno de cosas y personas cubiertas de telarañas, tan confusas, que mi corazón las ha olvidado”.
Que a partir del momento en que lo conocio el resto de su vida, su pasado, todo lo que no tuviera que ver con él ya no le parecía importante, no existía, todo se basaba en él, y no veía más allá de él.
3. ¿Cómo y cuando conoció al escritor?
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12. ¿Qué te sugiere la siguiente descripción que hace la desconocida de su amado tras el último encuentro?: “Nunca he conocido a ningún hombre que se entregue es esos momentos con tanta ternura, que ofrezca su profunda intimidad con tanto altruismo y que después lo diluya todo en un olvido infinito, casi inhumano.”
Que el escritor era un hombre muy pasional, vivía cada noche con las diferentes mujeres que pasaban por cu cama como si fuera la última de su vida, se entregaba enteramente a ellas, como si fueran únicas, y al día siguiente, era capaz de olvidarlo todo de una forma fría y carente de algún sentimiento.
13. Después del último contacto ¿por que se siente profundamente humillada?
Porque él le paga por la noche que habían pasado juntos, como si fuera una prostituta.
14. Al salir el mayordomo la reconoció. ¿Qué te sugiere este hecho?
Que el escritor era una persona tan fría, y habían pasado tantas mujeres por su vida, que era incapaz de recordar la cara de una mujer con la que había compartido ya noches antes, la de una vecina a la que, igual que su mayordomo, había visto crecer durante dos años, que había estado justo en la puerta de enfrente.
15. ¿Qué estado anímico ha provocado en ti la lectura del libro?
Una mezcla entre pena, por la mujer, que había amado al escritor toda su vida sin que él supiera nada, rabia, porque el escritor no la reconoció nunca y ella nunca quiso decir nada, y una especie de impotencia, que me suele