Boom De La Pesca En El Peru
Corrían los años cincuenta. La fauna marina era muy variada en nuestro mar, todo parecía ser que la Corriente de Humboldt favoreciera una ictiología muy pródiga para la pesca de consumo e industrial hasta que se descubrió las bondades de la anchoveta, un pez que tiene como característica desplazarse en cardúmenes por todo el mar de la costa peruana que, a su vez, tiene un exuberante fitoplancton, un alimento de toda la fauna ictiológica del litoral peruano.
Allí hace su aparición el tacneño Luis Banchero Rossi, un comerciante que empezó vendiendo cuanto producto podía ser rentable. Y como vendedor de alcohol conoció la caleta de Chimbote, mucho antes que se convirtiera en una zona industrial y cuyo auge …ver más…
Se crearon las facultades de pesquería en varias universidades con su apoyo. Los ingresos brutos de sus industrias en 1970 bordeaban los sesenta millones de dólares al año, con intereses solo pesqueros. Otras actividades colaterales fueron los Astilleros PICSA (En el callao y Chimbote), pesca, minas, aviación, periódicos (Correo, Ojo; publicándose la primera en varias provincias del Perú) entre otras industrias.
"Los pesqueros somos hombres que hemos ingresado a la pesquería con una imaginación. De tanto andar entre los peces nos salieron agallas. Con imaginación y con agallas, ha sido posible en menos de doce años convertir a nuestro país en la primera potencia pesquera del mundo" dijo una vez.
El 1 de enero de 1972 es asesinado en su casa de campo en Chaclacayo a los 42 años, justo cuando se había montado un mercado demandante de la harina de pescado en el mundo. La harina de pescado es la mejor fuente de energía concentrada para la alimentación de animales. Y así también terminó el boom pesquero porque, después de su asesinato, sus empresas fueron nacionalizadas por el gobierno dictatorial de Juan Velasco Alvarado, fundándose PESCA PERÜ. Fue tal el auge de entonces que se instauró el Ministerio de Pesquería y se construyo el complejo que hoy es el Museo Nacional en la Avenida Javier Prado. Pero, posteriormente, nos dimos cuenta que se había sobreexplotado tanto que había el temor de extinguir la anchoveta y