Biografia Y Cuento La Medalla De Alfonso Cuesta Cuesta
BRIOGRAFÍA
P
oeta, narrador y profesor universitario ecuatoriano, nacido en Cuenca (Ecuador) en 1912 y fallecido en Mérida (Venezuela) en 1991. Miembro del Grupo Elán -un colectivo de autores que floreció en la ciudad andina de Cuenca en los años cuarenta, fue una de las figuras más notables del indigenismo en la narrativa ecuatoriana a mediados del siglo XX. Desarrolló, gran parte de su carrera docente y literaria en Venezuela, por lo que algunos estudiosos de las Letras hispanoamericanas le incluyen en la historia de la literatura venezolana antes que en la ecuatoriana.
Impulsado desde su adolescencia por una acusada vocación humanística, se …ver más…
Otras obras suyas son el relato "El caballero" -con el que obtuvo el Primer Premio en el Concurso Anual de Cuentos convocado por el diario caraqueño El Nacional-, La tinaja (1959), "Cantera" -una novela breve que publicó, por entregas, en una revista- y la recopilación póstuma Antología de cuentos (Mérida, 1993).
LA MEDALLA ALFONSO CUESTA Y CUESTA Octubre. Las aceras vecinas al caserón de la Escuela de los Hermanos Cristianos, se desbordan de niños sonrosados. Tres meses de vivir a todo sol, remendando el cielo con cometas, los han cambiado: vuelve morenos, vivos, con tres dedos más de cuerpo y cosa rara…con avidez de letras. Sin embargo, cuando al llegar a la esquina de la Escuela, oyen un sonido muy conocido para ellos, se desmudan, tiemblan ligeramente… No es para menos: ¡Convertirse las tórtolas en chascas!
Y acortan el paso, indecisos.
A la puerta del Instituto, grupos de padres de familia esperan el turno para presentar a sus hijos al Hermano Director. Uno de ellos ya no puede con su niño primerizo, como de siete años, que patalea y chilla, debatiéndose entre sus brazos. Cada hermano que pasa le asusta como un oso… y grita más.
A su lado, otro niño siente los mismos miedos, pero no puede demostrarlos escandalosamente; para él no habría consuelos sino golpes: es el sirviente, indiecito arrancado de su choza en vacaciones. No grita, más un hilo de lágrimas resbala en sus mejillas, y cuando ve un Hermano, involuntariamente aferra su