Aporte de los filosofos a la administracion flag content
Desde la Antigüedad, la administración ha recibido gran influencia de la filosofía. Entre unos de sus primeros expositores encontraremos al filósofo griego Sócrates (470 a.C.-399 a.C.) quien, en su discusión con Nicómaco, expone su punto de vista acerca de la administración como una habilidad personal separada del conocimiento técnico y de la experiencia:
“Con respecto, a cualquier cosa que él Pueda presidir, un hombre será, si sabe lo que necesita y si es capaz de proveerlo, un buen dirigente, ya sea que tenga la dirección de un coro de una familia, de una ciudad o de un ejercito. ¿No es también un trabajo castigar a los malos y honrar a los buenos? Por tanto, Nicómaco, no …ver más…
Sin embargo, si el hombre es por naturaleza bueno y afable, la vida en sociedad lo corrompe.
Karl Marx (1818-1883) y Frederich Engels (1820-1895) proponen la teoría del origen económico del estado, donde el estado se convierte en un orden coercitivo impuesto por una clase social exploradora.
Pensador socialista y activista revolucionario de origen alemán (Tréveris, Prusia occidental, 1818 - Londres, 1883). Karl Marx procedía de una familia judía de clase media (su padre era un abogado convertido recientemente al luteranismo). Estudió en las universidades de Bonn, Berlín y Jena, doctorándose en Filosofía por esta última en 1841.
Desde esa época, el pensamiento de Marx quedaría asentado sobre la dialéctica de Hegel, si bien sustituyó el idealismo de éste por una concepción materialista, según la cual las fuerzas económicas constituyen la infraestructura que determina en última instancia los fenómenos «superestructurales» del orden social, político y cultural.
Karl Marx estableció una duradera amistad con Friedrich Engels, que se plasmaría en la estrecha colaboración intelectual y política de ambos. Fue expulsado de Francia en 1845 y se refugió en Bruselas; por fin, tras una breve estancia en Colonia para apoyar las tendencias radicales presentes en la Revolución alemana de 1848, pasó a llevar una vida más estable en Londres, en donde desarrolló desde 1849 la mayor parte de su obra escrita. Su