Debido a la mala situación educativa de España en comparación con otros países europeos, a la alta tasa de analfabetismo -en torno al 44%- localizada principalmente en el ámbito rural, y a la voluntad del Gobierno de la Segunda República por mejorar esta situación, se crean y desarrollan las llamadas "Misiones pedagógicas". Siendo Presidente Niceto Alcalá-Zamora y Ministro de Instrucción Pública Marcelino Domingo, el 29 de mayo de 1931, se creó por Decreto el Patronato de Misiones Pedagógicas con el encargo de «difundir la cultura general, la moderna orientación docente y la educación ciudadana en aldeas, villas y lugares, con especial atención a los intereses espirituales de la población rural».
Dependía del Ministerio de Instrucción