Jesús del Monte: Una mirada sociológica objetiva a su desarrollo social y urbanístico
Jesús del Monte. – Monografias.com
Jesús del Monte.
Una mirada sociológica objetiva a su desarrollo
social y urbanístico.
1689 –
2011[1]
Una mirada objetiva a Jesús del
Monte: su desarrollo social y urbanístico
…Los meses de julio, agosto y septiembre,
que es cuando el calor se siente con toda su fuerza, emigran
muchas familias, á los baños de San Diego, á
Marianao, ó indistintamente al monte, pero los sitios
donde refluye más gente, son: Guanabacoa, Puentes Grandes,
Cerro, Regla ó Jesús del Monte; en todos estos
puntos hay grande animación y se nota una especie de
rivalidad, en los bailes campestres, en las vallas de gallos y en
las corridas de
patos…[2]
Antigua casona de Jesús del
Monte.
Frecuentemente se pueden encontrar alusiones a
Jesús del Monte como estas, un lugar
donde, un sector importante de la aristocracia habanera del siglo
XIX –fundamentalmente– tenía casas quintas
para el esparcimiento durante los meses de verano y algunas
estancias, veamos un ejemplo ilustrativo:
…La pureza de su atmósfera y la
amenidad de su paisaje, fueron impulsando á multitud de
pudientes de la Habana á sustituir con graciosas casas y
quintas de recreo los defectuosos y pobres edificios de antes.
Jesús del Monte empieza ya á disputar al Cerro y
Puentes Grandes la animación y concurrencia de las
temporadas de
verano…[3]
…Esta población se halla situada
sobre varias colinas en forma de anfiteatro, que hacen su vista
muy agradable y pintoresca; su hermosa temperatura contribuye
eficazmente á la mayor concurrencia de vecinos que
constante, ó estacionariamente ocupan sus edificios para
gozar de la salubridad que brinda una localidad tan deliciosa, y
que la constituyen de recreo; se encuentra rodeada de quintas y
huertas que proveen a los mercados de la capital. Sus aguas son
de pozos y aljibes, pues aunque le cruzan los arroyos Maboa y
Agua – dulces, sobre los cuales hay dos puentes de
sillería y madera, no se hace uso de ellos y van á
derramar al fondo de la bahía de la
Habana…[4]
También se habla del territorio como un sitio de
perfectas condiciones por su altura – respecto a la ciudad
intramuros-, para que los enfermos se restablecieran, todo
gracias a su ambiente sano y a sus aires limpios.
Nada de lo dicho hasta aquí era falso y se puede
constatar fácilmente, le muestro al lector una cita
extraída de una carta del Centón
Epistolario de Domingo del Monte para que pueda apreciar
lo dicho:
CXLIX
La Alberca i Julio 16. de 1833.
…No dejes de venir una tarde, ó un
día, si quieres no comer: ya creo que te di las
señas de la Estancia, por si se te han olvidado, son las
siguientes. Camino de Jesús del Monte, i al llegar a la
1ra señal que marca la legua se dobla á la derecha
entrando por una calle de cocos, i se sigue este camino hasta
llegar a la 2da Estancia, i verás que sitio tan ameno es
este…
A. Orozco
B.[5]
La alusión a la señal o simplemente a la
distancia de "1na Legua de la Habana" es
constante siempre que se enfrenta un documento que hable de
Jesús del Monte desde su tiempo más
lejano, está presente en las obras de Compostela, Arrate,
Morell de Santa Cruz, Antonio Bachiller y Morales, Domingo del
Monte, Fernando Fernández Escobio, José Antonio
Bernal Muñoz y algunos otros, también es frecuente
encontrarla en los libros del archivo parroquial, este hecho nos
ha llamado la atención, aunque parezca simple, por esa
razón, con la ayuda de algunos
mapas[6]sobre todo el de Esteban
Pichardo – utilizado frecuentemente en el transcurso
de esta investigación – se realizó el
análisis topográfico de distancia, para ello se
utilizaron varios métodos –el de la tira de papel, el
del compás de puntas secas y con el
curvímetro– de medición en función de
las escalas de los mapas, se utilizó el itinerario
descrito por Emilio Roig en su obra "Habana – Apuntes
históricos", los resultados fueron asombrosos,
todas las mediciones dieron aproximadamente en el mismo lugar
donde hoy se encuentra colocada la placa de mármol que
señala "1na Legua de la Habana" colocada
en el muro de la calzada, justamente frente a la iglesia de
Jesús del Monte, esto viene a reafirmar
–aún más– la importancia del lugar como
punto de referencia y de mayor reconocimiento de la localidad,
puede ser que esta no sea la señal original pero de lo que
si no hay duda alguna, es que está en el lugar indicado y
sigue aún – a pesar del tiempo, de su deterioro y de
su disimulada colocación que la hacen pasar
inadvertida– recordándole a quién llega a la
localidad que, <<está usted a 1na Legua de la
antigua Puerta de Tierra de la muralla de La
Habana>>, es muy probable que este sea el
único caso que se conserve en la ciudad de una
señal de este tipo.
Señal – actual–
que marca una legua de la ciudad, está colocada en el
conocido muro de la calzada de 10 de octubre.
Según el mapa de Esteban
Pichardo, esta es la ruta que debía seguir Domingo del
Monte a partir de la señal de 1na legua.
Por otra parte, en el Tomo II del propio
Centón Epistolario de Domingo del Monte se
puede encontrar esta otra cita.
CXLV
Sr. Don Domingo del Monte.
…Mi estimado Domingo: después de
haber estado en Jesús del Monte tres meses y medio
convaleciendo de un fuerte ataque del pecho, hace seis
días que me he retirado ya bastante
bueno…[7]
Estas son, solamente, pequeñas muestras, bien se
pudieran mostrar muchas otras de diferentes fuentes pero estimo
que son suficientes para ilustrar al lector, hasta se pudieran
exponer disputas entre diferentes autores poniendo a uno u otro
lugar – Jesús del Monte, al Cerro, Puentes Grandes,
etc.- en mejores situaciones.
En realidad, se trata solo de una parte parcializada del
tema, la parte linda, la parte buena del asunto,
Jesús del Monte pasó por
múltiples y variadas etapas, debió ser un lugar de
grandes contrastes sociales desde su etapa primigenia hasta bien
avanzado el siglo XIX, por un lado, la clase pudiente con
sus lujos y por otro, los campesinos en sus humildes ranchos de
guano y rústicas tablas, hay que recordar que, aún
avanzado el siglo, el panorama se pintaba bastante triste para la
clase no pudiente, ¿y qué podemos decir de
la esclavitud?, si habían estancias, palacetes y
casas quintas, tenía que existir –también–
una considerable población esclava, consecuencia de la
más triste y degradante práctica colonial y del
modo de vida de la sociedad de la época. En el
cúmulo bibliográfico consultado – bastante
amplio– las referencias a Jesús del
Monte siempre expresan que era un caserío a todo
lo largo del camino, no he encontrado referencia –hasta el
momento– sobre un núcleo poblacional que constituyera
un centro, cuestión muy lógica, los pobladores,
dada la importancia del camino, fueron asentándose a todo
lo largo de él, de esta manera podían establecer un
mejor intercambio comercial con los transeúntes, muestra
de ello es la siguiente cita de 1831:
…Como Jesús del Monte para la
habana era no solo por sus huertos el abastecedor de frutas y
legumbres, sino por su situación paso cómodo para
los campesinos que del interior venían á la
Capital, sucedió por ello que desde esa altura hacia la
plaza fueron apareciendo aquí y acullá á lo
largo del camino trazado por el tráfico, hogares
más o menos pobres y modestos, pero todos pretendiendo
proporcionar abrigo y compañía al
pasajero…[8]
También Jacobo de la Pezuela nos
dice sobre el surgimiento y el desarrollo de Jesús
del Monte:
…Este pueblo debió sus primeros
progresos al constante movimiento de transeúntes entre la
Habana y su territorio meridional. Además de los predios
rústicos que le circundan, y de la venta de sus frutos en
los mercados de la capital, con los cuales vivían los
vecinos propietarios, se sostenían las familias de los
menos acomodados tejiendo sombreros de paja ó de yarey
para los campesinos…[9]
Si observamos nuevamente el conocido mapa de Esteban
Pichardo, esto se puede apreciar perfectamente, solo en las zonas
aledañas a la iglesia se podía ver en 1881
una mayor concentración poblacional, esto era
también algo comprensible, ya existía el templo que
aún se conserva, independientemente de la importancia que
tenía este para la población en el aspecto
religioso, mantenía determinada capacidad jurídica
y una gran vitalidad, no olvidemos toda la historia del proyecto
de 1870, la junta parroquial que tenía y la forma
en que esta manejaba todos los asuntos, siempre con el mejor
propósito en relación con la iglesia.
Los pobladores de Jesús del
Monte se fueron asentando en ambos lados del
camino.
Se hace necesario dejar claro una cuestión, el
Jesús del Monte que todos identificamos
con más claridad, es la población que se fue
formando a todo lo largo del camino del mismo nombre, que luego
se convirtió en calzada, pero como división
política administrativa de las diferentes épocas,
hacía límites en una zona más amplia, en
este trabajo ya he mostrado una de sus demarcaciones pero esta no
fue la única, el lector debe entender esto correctamente
porque, en algún momento, se puede hacer alusión a
algún lugar que se encuentre en la región, pero
distante del camino o calzada y por tanto de la zona más
conocida por todos, pero no dejar de pertenecer a
Jesús del Monte de manera oficial,
planteado así, Jesús del Monte
puede verse –de igual manera– como un barrio, un
poblado, un partido, una comunidad, una localidad o un Consejo
Popular, todo depende del observador, de la época y de la
perspectiva con que se mire.
Visto todo de esta forma, creo que es bastante
comprensible, pero quedarían muchas lagunas de tipo
sociológicas sobre los habitantes de Jesús
del Monte, sus costumbres y su formación social,
tratemos de adentrarnos un poco más en el tema de la
manera más simple y potable para el lector pero con la
mayor objetividad posible.
La manera en que históricamente se ha enfrentado
el asunto del conocimiento de la población cubana, ha sido
estudiando las cartas de relaciones, los
padrones eclesiásticos y civiles y algunos otros
registros de carácter militar o civil que
se efectuaron en distintas épocas, sigamos entonces esta
tradicional manera.
Por Real Orden del 12 de julio de 1564,
válida para España y los territorios de ultramar,
queda dispuesta la política rectora para los archivos y la
conservación de todos los registros, incluyendo los
eclesiásticos en dichos territorios, gracias a esto, es
posible hoy encontrar algunos padrones que se
venían realizando desde el siglo XVI, ellos son hoy
una fuente confiable y completa de información, de esta
manera, la historia ha podido contar con las referencias
demográficas de gran parte de la Cuba colonial.
Hay pruebas de que, desde el siglo XVI, los
gobernadores y Obispos en Cuba, indicaban la realización
de empadronamientos de la población, e incluso, se
encuentra dispuesto el asunto en la documentación del
Sínodo Diocesano celebrado en junio de
1684 –un poco posterior-, esta es la
disposición –eclesiástica– más
antigua que he encontrado, hasta este momento, sobre el tema en
Cuba:
Constitución IV
Que los curas empadronen los
feligreses cada año para reconocer si han cumplido con los
preceptos eclesiásticos.
…Una de las principales obligaciones de
los curas y párrocos, es cuidar de que sus feligreses
cumplan con los preceptos anuales: Y para que sepan quienes
cumplen, ó no, mandamos que todos los curas y beneficiados
de este nuestro obispado cada año empadronen los fieles de
su doctrina, y los que viven en el campo, por lo menos cuatro
leguas en contorno, con toda claridad y distinción,
poniendo las personas principales que viven en la casa, sus
hijos, sus esclavos y demás sirvientes, edades y estado,
para reconocer el número de
ellos…[10]
Los padrones parroquiales, sin duda alguna, constituyen
hoy la fuente de información más fiable de la
demografía cubana hasta el siglo XIX, existen en
los archivos de las parroquias verdaderos tesoros de la historia
local cubana, dignos de tener muy en cuenta y ávidos de
cuidados especializados para su preservación, si estos se
pierden, perderá la iglesia católica cubana parte
de sus memorias pero Cuba perderá importantes testimonios
de su historia local, estimo –sinceramente– que se hace
necesario aunar esfuerzos en este sentido, la iglesia de
Jesús del Monte puede sentirse orgullosa
de su archivo pero también necesita, con urgencia,
atención profesional.
En 1686, por una Orden Real queda dispuesto hacer
una investigación sobre la población de todo el
continente americano, ya es conocida por el lector la obra del
Obispo Compostela y la creación de los
curatos de campo durante su mitrado, al año siguiente
–1687– comienza la creación de estos curatos,
gracias a ellos se tienen las primeras noticias de la
población de Jesús del
Monte:
…Basándose en el padrón
levantado por el presbítero Manuel de Casanova, aseguraba
Compostela que existían solamente en Jesús del
Monte más de 1600 personas, entre españoles,
esclavos y negros libres, que no recibían los auxilios de
la iglesia…[11]
Verificando la cuestión de los empadronamientos
en los libros del archivo se refleja fielmente el cumplimiento de
ellos, en el libro 1 de entierros de españoles en su
asiento número 5 encontramos lo siguiente:
…En 16 de días de este año
de [16] noventa y quatro: yo Manuel Rdz Casanova Teniente de cura
de esta ayuda de parroquia de Jesús del Monte habiendo ido
a Empadronar los besinos que asisten de los puentes asi al
naciente, camino de María nao en donde llaman los
Quemados…[12]
En otro momento de este propio trabajo me referí
al Sínodo Diocesano y a la disposición de los
empadronamientos que debían ser realizados por los
párrocos, <<cuatro leguas a la redonda>>, esta
era una distancia considerable para la época.
Desde estos tempranos momentos se habla de una
población compuesta por españoles – de
cualquier región de la península-, que no
quería decir que estos fueran ni hacendados, ni colonos,
ni ricos, la inmensa mayoría eran campesinos pobres,
aunque frente a los negros –esclavos o libres–
indudablemente, siempre tenían determinadas ventajas,
comenzando por ser hombres libres, dedicados mayoritariamente a
las labores agrícolas.
Entre 1754 y 1755 el Obispo Pedro
Agustín Morell de Santa Cruz realiza su visita
eclesiástica –ya expuesta en este trabajo-, como
resultado de ella deja una relación del estado
demográfico y habitacional de Jesús del
Monte, no señala un centro poblacional, se
refiere a las casas que se encontraban a lo largo del
camino:
…no hay más calle que la mayor de
Guadalupe que continúa en demanda de esta Iglesia:
pertenecen a ella 23 casas de piedra, inclusas dos de alto y 71
de paxa: Otras 46 de la misma especie se allan situadas en los
Caminos Reales. Llegan las Estancias de que se compone a 208: los
Ingenios a tres y dos texares: cuéntase 262 Familias y
1,318 personas: de éstas se confirmaron
354…
Morell no hace referencia alguna a la
composición étnica de la población pero deja
algunas cosas muy claras: una sola calle, la mayoría de
las casas se encuentran en los caminos reales
–dispersión poblacional– ya existía un
número de estancias que debieron ser pequeñas
mercedes dedicadas al cultivo de subsistencia, dos ingenios, esto
deja claro que, el cultivo de la caña de azúcar
debía ser de importancia en el lugar y una
población de 1318 habitantes, dada la época,
nada despreciable pero algo menor que la señalada por
Compostela refiriéndose al padrón
realizado por el párroco Manuel de Casanova, primer cura
que tuvo la iglesia de Jesús del
Monte.
Afirman algunos historiadores que desde mediados del
siglo XVII y principios del XVIII ya
existían familias enteras de origen canario en el
territorio, dedicados fundamentalmente al cultivo del tabaco,
nadie debe dudar de esto porque, en 1678 una Real
Cédula fechada el 25 de mayo, emitida por
Carlos II, conocida como "El tributo de Sangre",
establecía que las Islas Canarias, para poder comerciar
con las Indias Occidentales, estaba obligadas a enviar cinco
familias a estos territorios por cada cien toneladas de productos
que se exportaran desde las Islas Canarias, estas familias
estarían destinadas a poblar los territorios colonizados
por la metrópolis, Cuba era uno de ellos. El cultivo del
tabaco en Jesús del Monte se
convirtió en una actividad económica de mucha
significación, de todos es conocido el trágico
suceso de la sublevación de los vegueros de 1723,
un alto componente de ellos eran canarios, ya se conoce que
también se cultivaba la caña de azúcar y
existían ingenios, para que no existan dudas sobre el
asunto le muestro al lector la siguiente referencia:
…Quince años [antes de
1598] hacía que en las inmediaciones de la Habana se
cultivaba algo extensamente la caña, cuando por el puente
de Chávez fundó Vicente Santa-María un
ingenio. Pronto se establecieron otros en el Cerro y Jesús
del Monte, usándose, en todos, caballos y brazos para
impulsar la máquina de
moler…[13]
Se cultivaban también frutos menores, legumbres y
algún que otro cultivo que hoy pudiera parecer
exótico en Cuba como el chícharo, todo este
conjunto de producciones agrícolas eran parte de la vida
económica y sustento social de Jesús del
Monte.
Esta población de isleños pudo haberse
incrementado bastante para finales del siglo y ser considerada
entre el número de blancos, pues en Cuba se
estimuló la entrada de canarios –también–
como una forma para regular la población entre bancos y
negros, evitando así que sucediera algo parecido a la
revolución de Haití, eran trabajadores
fundamentalmente agrícolas muy resistentes y laboriosos,
he encontrado la siguiente información sobre el tema en la
obra "Historia de la esclavitud" de
José Antonio Saco procedente de un informe
de la Sociedad Patriótica que se refiere al tema de la
siguiente manera:
…El día de hoy, más
escarmentada nuestra corta inteligencia, aunque para general
fomento de toda la Isla propone siempre se favorezca la
introducción de negros, agrega cuidadosamente se proceda
en ello con el padrón en la mano, para que así no
se permita que el número de los negros no sólo
exceda, pero que ni se iguale nunca con el de los
blancos".
En este informe se propuso, que se fomentase la
introducción en la Isla de familias de las Canarias y de
extranjeros católicos; y que para conseguirlo, se les
diese tierras de los realengos, si los había, o que los
particulares les vendiesen parte de las suyas.
Dolorosísimo es que se hubiese realizado su parte adversa,
mientras jamás se cumplió la favorable, que
consistía en la limitación de la entrada de
negros…[14]
Mientras que en la controvertida –por su
visión de la esclavitud en Cuba– obra de la condesa
de Merlin "Los esclavos en las colonias
españolas" se afirma la introducción en el
país de las familias canarias:
…Las Canarias nos envían anualmente
cargamentos de hombres agobiados de fatigas, los cuales,
después de largas travesías, llegan á veces
en la época de los calores más fuertes, pues el
número de los que sucumben es muchísimo menor que
el de los
africanos…[15]
Pensemos entonces con detenimiento en las siguientes
interrogantes, ¿por qué entonces la
presencia de esa población de origen canario en
Jesús del Monte?, además, estos
tenían tierras para el cultivo –fuera de tabaco o
no– arrendadas o mercedadas, ¿sería
para lograr un equilibrio de tipo racial en la zona o para
simplemente poblar?, la primera opción era
perfectamente probable dada la existencia –ya– en la
zona de haciendas e ingenios donde, no sería con manos
blancas – y mucho menos acomodadas – que se alcanzaran
sus mejores rendimientos, además, la historia ha
demostrado que ni la Corona, ni los gobiernos de la isla, eran
tan bondadosos como para conceder parcelas de esa manera, a
individuos que llegaban a Cuba con una situación de,
poco menos que esclava, tampoco debemos olvidar que Cuba
fue –entre las colonias españolas– la gran
opositora a la abolición de la esclavitud, enfrentando
incluso a la propia Corona, hubo un sector pudiente que aferrado
a la esclavitud prefería la anexión al sur de los
Estados Unidos antes que la abolición, así
terminó Jesús del Monte el siglo
XVIII.
Entre 1774 y 1899 se realizaron en Cuba un
total de nueve censos oficiales – 1774, 1792, 1817, 1827,
1841, 1861, 1877, 1887 y 1899-[16] y algunos
otros por iniciativas de instituciones importantes o estudios
particulares de la población, es muy difícil hoy
poder contar con todos, ni todos particularizaban sobre la
población en Jesús del Monte, solo
nos detendremos en los que aparezca Jesús del
Monte desglosado, por tal razón el lector
verá algunos saltos y diferencias en las fuentes y las
fechas, una cosa debe quedar clara, siempre tomaré las
referencias más confiables.
Analicemos un padrón realizado en 1810, la
siguiente tabla muestra sus resultados en Jesús del
Monte, fue aportado por Alejandro de
Humboldt y aparece en su obra "Ensayo
político sobre la isla de
Cuba"[17], correspondiente a la primera
década del siglo XIX:
Padrón de Jesús del
Monte en 1810.
Si hacemos un simple cálculo podemos constatar
que el 17,49 % de la población de
Jesús del Monte era esclava y el
28,67 % era negra –negros libres, más, negros
esclavos– que para los efectos de la discriminación y
pobreza en que debieron vivir, era casi lo mismo; en la medida
que el siglo avanzaba y la sacarocrácia habanera tomaba
más fuerzas, las contradicciones sociales debieron ser
más agudas.
En 1821 se realizó un nuevo padrón
que vino a confirmar la anterior sospecha pues, aportó la
siguiente información demográfica en
Jesús del Monte:
Individuos | Varones | Hembras | Total | |||
Blancos | 1057 | 945 | 2002 | |||
Pardos libres | 17 | 35 | 52 | |||
Morenos libres | 120 | 97 | 217 | |||
Pardos y Morenos | 973 | 481 | 1454 | |||
Total | 2167 | 1558 | 3725 |
Como se puede observar hay una ligera disminución
de la población si comparamos los datos con los del
padrón de 1810, pero crece la
población negra y esclava, para la fecha la cifra
es de 1723 –negros, pardos y morenos de cualquier
condición-, aunque los blancos eran mayoría,
los niveles de pobreza debían ser muy grandes en sentido
general, aún así, la población de
Jesús del Monte continúa viva y se
desarrolla en la medida de su tiempo y de las
condiciones.
Contradictoriamente nos sorprende una nueva
información encontrada, en el "Cuadro
estadístico de la siempre fiel isla de Cuba" de
1828 y editado en 1829 aparece una relación
sobre la población de Jesús del
Monte digna de analizar que pongo ahora a
disposición del lector:
Individuos | Cantidad | |
Blancos | 1224 | |
Libres de Color | 250 | |
Esclavos | 486 | |
Total | 1960 |
Esta información resulta algo contradictoria
porque en un período de siete años refleja una
reducción de la población de la zona bastante
significativa, la población blanca descendió en
778 habitantes, algo muy raro y contrario a la tendencia
de crecimiento que se venía mostrando, los libres de color
–de ser cierta la información– hubieran
desaparecido, cosa insólita, y la población esclava
menguó en 968, en una zona como Jesús
del Monte era algo poco probable, debía haber
ocurrido algo muy significativo o estar equivocada la
información. Para la fecha el estado demográfico de
la Habana extramuros, donde Jesús del
Monte era solo uno de sus barrios y según consta
en el mismo documento era de: 27431 blancos, 5214
mulatos y 21398 negros, la población esclava era de
10898 personas, establezcamos entonces una
comparación con la de Jesús del
Monte para ver el significado de esta última en
la Habana.
Aún con la disminución poblacional que
consideramos muy significativa los porcientos por
razas que se reflejan en Jesús del Monte,
en comparación con la población total de la Habana
extramuros, es significativa porque esta localidad estaba
considerada como campo y sus características sociales eran
diferentes a la de los barios más próximos a la
ciudad intramuros o más urbanos, como los casos de
Jesús María, San Lázaro, Guadalupe,
Carraguao y el Cerro.
En ese propio año de 1828 la Habana
sufrió una epidemia que según se
asegura[18]cobró muchas vidas en la ciudad
y sus zonas aledañas, provocando gran preocupación
en las autoridades – fundamentalmente del Capitán
General– y los hombres de ciencia, fue el Dr.
José Antonio Bernal Muñoz,
protomédico tercero del Real Tribunal del Protomedicato de
esta Isla, quién la denominó
"Dengue", relacionándola con un tipo de
fiebre amarilla de los nativos del país,
esta, pudo haber sido la causa del descenso poblacional, no
sería la primera o la última vez que esto ocurriera
en Cuba ni en la Habana, que era una ciudad con muchas carencias
–y ausencias– en materia de salubridad, otra cosa
sería si las cifras fueron esas o no, además,
también hay que tener en cuenta que transcurrieron siete
años entre estos sucesos y el padrón de
1821, no se puede dejar de analizar en la pesquisa nada,
cualquier detalle nos puede aportar la veracidad o no, de las
cifras de 1828, por lo menos para Jesús del
Monte.
En esta misma publicación encontré una
descripción de Jesús del Monte muy
interesante y valiosa para los objetivos que estamos
siguiendo:
….Jesús del Monte: – Tenencia de
cura auxiliar de la Habana; este pueblo puede considerarse como
un suburbio de ella, de la que solo dista una legua al S., y
está sobre el camino real que conduce á
Batabanó; se reduce á una calle de mucha longitud,
y que á su extremo se divide en dos; tiene iglesia de
bastante capacidad, administración de Reales rentas, 315
casas, de ellas 57 de mampostería, regularmente vistosas y
capaces, 6 médicos y cirujanos, 2 escuelas de primera
letra, 2 boticas, 3 barberías, 3 almacenes de
víveres, 3 tiendas de ropa, 19 mixtas, 29 fondas y
bodegones, una farolería, una herrería, una
carpintería, 2 sastrerías, 7 talabarterías,
6 zapaterías, 4 panaderías, 12 tabaquerías,
un blanqueo de cera, y una
platería…
Si comparamos esta descripción con la del Obispo
Morell veremos que la situación
poblacional y social es diferente aunque se mantienen algunos
puntos de contactos, Jesús del Monte
muestra ya un determinado desarrollo.
Producto de la mortalidad ocasionada por la epidemia de
cólera –1833– en la Habana, la población
de Jesús del Monte también se
deprimió, en este trabajo se habla de ese asunto y se hace
referencia a la afectación demográfica que
provocó en el territorio, estimo que no es necesario
repetir la información, el lector puede consultarla
nuevamente pero es conveniente señalar que dicha
afectación no fue fácil de revertir por la
comunidad, tanto fue así que, aún a mediados del
siglo se seguía sintiendo.
Ahora bién, obligatoriamente tenemos que
remitirnos, una vez más, a las imágenes que durante
este trabajo se han estado presentando al lector,
Mialhe, Cosnier y
Moreau dibujaron el Jesús del
Monte del siglo XIX, específicamente del
entorno en el que estamos ubicados en estos momentos, reflexione
el lector, a partir de estos elementos gráficos y
testimoniales sobre ¿cuál era el estado
urbanístico del caserío en ese entorno?,
en mi opinión esos testimonios gráficos valen,
tanto o más que cualquier relato demográfico, pues,
"vista hace fe", no creo que muchos puedan
estimar que fuera una localidad de esplendor y prosperidad
máxima entre las décadas del treinta y el
cincuenta, pero si aún quedan dudas, volvamos a "La
misa del gallo en Jesús del Monte", en esta obra
se puede encontrar esta apreciación del autor:
…Tres o cuatro días antes del
24 [de diciembre] andaba un recaudador
invitando la piedad de los feligreses para que contribuyeran con
alguna limosna destinada a los gastos de la función. A
nuestros ojos esta circunstancia sería ya señal
evidentísima de la poca riqueza del partido, si de
antemano no hubiéramos reparado en los humildes techos de
guano, en la escasez de sus establecimientos públicos y en
el corto número de objetos de diversión que
aquí se advierten, todo lo cual es prueba de
pobreza…
Estas palabras no fueron escritas por un extranjero o
por una persona que acababa de llegar a Cuba, fueron escritas por
una persona que solo salió de la Habana intramuros para ir
a Jesús del Monte, además,
ilustrada, no olvidemos tampoco que la Habana intramuros distaba
de ser una ciudad fastuosa, solo era lo mejorcito de la Cuba
colonial, tampoco pasemos por alto las quejas y lamentos de
muchos autores por su estado de salubridad y orden.
Otro censo importante y de resultados interesantes fue
el que se efectuó en 1841[19]en mi
opinión, bastante coherente y se aviene con los resultados
que se venían mostrando en Jesús del
Monte hasta el censo de 1821, este es otro punto
que hace poner en fuerte contradicción el del 1829
a pesar de la epidemia de Dengue.
La población esclava en este momento en
Jesús del Monte representa un 28,63
% del total de la población, esto nos sigue demostrando
que se trataba de mantener las proporciones étnicas,
porque, aún sumando al número de esclavos y el de
personas negras y mulatas libres, se mantiene declinada la
balanza frente a los blancos, pero sigue siendo bastante
significativa la cifras de esclavos dadas las
características del territorio.
Hasta este momento creo que queda claro que, a pesar de
que en Jesús del Monte se asentaba una
determinada porción –a tiempo completo o
temporalmente– de personas pertenecientes a la clase
más pudiente de la Habana, era un lugar donde la pobreza
abundaba y la esclavitud, a mitad del siglo, se encontraba en
pleno esplendor.
Siguiendo la cronología, nos dice Jacobo
de la Pezuela – en 1863 – sobre
Jesús del Monte – en 1846 – que
su estado demográfico era el siguiente:
Contaba en 1846 su vecindario 2128 individuos,
á saber: 1512 blancos, 213 libres de color y 403 esclavos,
componiéndose la jurisdicción territorial de su
partido de una superficie de 5 leguas cuadradas, en las cuales se
comprendían las aldeas de Arroyo – Naranjo, Arroyo-Apolo,
San Juan, la Víbora y otros muchos caseríos.
Suprimida hace poco su jurisdicción pedánea, y
convertida en arrabal de la capital, está comprendido en
su quinto distrito con cuyo orden corre un comisario de
policía. Su población particular llegaba en 1858
á 4200
almas…[20]
Como se puede apreciar, las cifras de
Pezuela también entran en
contradicción, esta vez con el censo de de 1841, es
casi la mitad, ya –para esta etapa– hay que tener mucho
cuidado con cualquier análisis poblacional en
Jesús del Monte porque
¿qué se entendía por ese
territorio?, ya en otros censos de la época
aparecen territorio como la Víbora, Arroyo Apolo,
Luyanó etc. sumados a Jesús del
Monte, el porciento de la raza negra era del
28,94 % del total de la población y el de los
pobladores blancos era del 71,05, si bien esta
información no es oficial, es muy válida,
fundamentalmente por la seriedad de su fuente.
En 1851 la Comisión de
Estadística realiza un censo que arroja los
siguientes datos sobre Jesús del
Monte:
Baste comparar los datos estadísticos de
1821 y los de 1851 para comprobar lo anteriormente
expresado sobre las afectaciones demográficas provocadas
por la epidemia de cólera y – por qué no – la del
Dengue.
En el libro "Jesús del Monte historia
local y representación social" de la doctora
Dolores Guerra López, existe una interesante
tabla[21]sobre las ocupaciones en el
Jesús del Monte de mediados del siglo
XIX, esta información es digna de analizar, pues
aporta interesantes datos sobre la composición social del
territorio para la época.
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