- Italia :
Geografía - La
Siciliana - El
reencuentro 30 años después - Historia del
café - Mensaje a
los descendientes de Michel y Antonino
D"Ángelo
Pappalardo - Patriotas
italianos que acompañaron a Giuseppe
Garibaldi - Inmigración italiana en
Perú - Probervios
sicilianos - Anexos:
Correos recibidos por el libro dedicado a La
Siciliana
Presentación
Sin
duda, la actividad más noble que puede llevar adelante un
escritor es la de servir de voz a los que no tienen
voz. Poder expresar
el pensamiento y
sentimiento de aquellos que, por distintas causas, no pueden
plasmar en una obra concreta lo que son sus vivencias cotidianas.
En todos los tiempos, lo mejor del arte, literatura y ciencias
sociales ha tenido este origen. Y los que siempre han tenido
menor capacidad y posibilidad de expresarse han sido los
emigrados.El que se aleja de su lugar de origen deja atrás
no solamente sus relaciones, sino también la cultura dentro
de la cual hasta entonces se ha expresado. Un emigrado que llega
a otro País para quedarse debe "nacer de nuevo",
aprender nuevos códigos, tejer nuevas relaciones,
insertarse de cualquier manera en un medio extraño y,
frecuentemente, hostil. Debe dejar de lado, al menos en un primer
momento, toda preocupación que no sea la de sobrevivir.
Además, no suele encontrar interlocutores más
allá de quienes comparten su suerte y su origen cultural.
Yo viví en una región del Perú en la que
éramos, mayoritariamente, descendientes de inmigrantes.
Hace un siglo el 60% de la población de la ciudad de Lima y El Callao
eran extranjeros, mayormente italianos y españoles, pero
también franceses, árabes, croatas, etc.,etc.,etc..
Sin duda esa fue la mejor época en historia de nuestro
país. Fue el momento en que se construyeron las instituciones
del estado, pero
también una literatura y un arte genuinamente
innovadores.Mis abuelos fueron inmigrantes que vinieron de
Europa huyendo de
la miseria y la opresión feudal. Ninguno de ellos
necesitó pasaporte, visa, certificado de salud, contrato de
trabajo, ni
nada por el estilo para entrar en el país. Nadie les
preguntó a qué venían, ni cuánto
dinero
traían en el bolsillo. Aquí encontraron su
lugar, trabajaron mucho, pero la tierra era
generosa y compensaba el esfuerzo. Aquí saciaron su
hambre, pudieron tener hijos y educarlos. Ellos mismos eran
analfabetos, y aprendieron a leer y escribir a la par que sus
hijos americanos. El inmigrante es, en general, alguien que
decide correr un riesgo. A veces
ese riesgo es enorme y, si se decide a enfrentarlo, es porque el
peligro es más grande en su lugar de origen. Europa fue un
lugar muy peligroso hasta hace poco más de cincuenta
años.
En el contexto de la tremenda crisis
económica que vive hoy el Perú, muchos
descendientes de inmigrantes tratan de iniciar lo que consideran
el camino de retorno. El Perú también fue opulento
hasta hace 50 años y lo fue durante un período
mucho más largo que cualquiera de las bonanzas europeas.
La comida no costaba casi nada, los impuestos eran
muy bajos, el trabajo
sobraba. Había un proverbio que decía "Vale un
Perú". Aún las peores crisis podían
superarse rápidamente, con dos o tres buenas cosechas de
algodón, o pesca de
anchoveta, o campañas de guano. Hubo quienes consideraron
a esa prosperidad como algo inquebrantable. Los políticos
constructores del estado peruano consideraban al "criollo"
y al indio como una rémora. Bastaría revisar los
archivos de
los debates del Congreso de la Republica. Muchos políticos
creían que el desarrollo del
país estaba condicionado al cambio de su
composición étnica. Este fin debía obtenerse
mediante dos estrategias: El
exterminio de los indios y la llegada masiva de inmigrantes
europeos.
Pero esos europeos debían ser
ingleses, franceses, alemanes y, en el peor de los casos, suizos.
La España
y la Italia del siglo
XIX eran estimadas las naciones más atrasadas de Europa, y
traer inmigrantes de allí no se veía como algo
productivo.Afortunadamente, algo salió mal: No sólo
la gran mayoría de los que vinieron fueron
españoles e italianos, sino que vinieron de las regiones
más pobres de sus pobres países. Para ejemplo
están mis abuelos. Además, no todos los indios
fueron exterminados, ya que en algunas regiones eran la
única mano de obra disponible. Finalmente, los criollos o
mestizos eran lo suficientemente numerosos como para resistir el
exterminio.Los inmigrantes que llegaron compartían la
indigencia de los indios y mestizos, y esto alentó, en
buena medida el mestizaje. Pero Perú siguió
teniendo la dualidad cultural de los países colonizados:
Oficialmente europea, popularmente criolla. Un mundo
académico mayoritariamente ligado a Europa, en permanente
confrontación con las expresiones de la cultura
popular.
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