sobre la otredad en la odisea
Departamento de Artes y Letras.
Dr. Sergio Vergara Alarcón.
2do. Certamen de Literatura General I.
(1 Refiérase a la noción de otredad, a la luz de la Rapsodia IX (Ciclopea) de Odisea.
(…), la conciencia es un ser para el cual se da en su ser la cuestión de su ser en tanto que este ser implique otro ser diferente de él.
El Ser y la Nada, Tomo I, p. 26.
J.P, Sartre.
Para tener una nocion de otredad, es menester definir un estado anterior, este debe ser desmenuzado de su estadio pristino. Sin abarcar aún lo anterior, debemos hacer referencia al modo de concebir una lectura al libro de Homero Odisea; damos lectura con una monstruosa carga cultural y emocional, habiéndola leído antes sin haberla …ver más…
ye y se reconfigura, el mundo explicado como fuere posible, y para reconocer la otredad, primero reconoceremos el uno el yo, tratando de entendero como lo hacien en aquella época, desde este clasico por sus muchas lecturas digo, dado el poderío que tenia el principio de individuación en el mundo griego, contenido como auto conciencia pero, una auto conciencia común, un pensarce así, debe pensarce en común a la polis, ese yo continuo que se reconoce en contacto con el otro, en un yo trasendente, que no deja delado ese estado de conciencia practica y empírica que significa competir por la sobreviviencia,, pensarce a si para ulices, representa todas sus representaciones, éste se sabia astuto, pero no era tan astuto como lo pintan, ya que sí logro salir con vida de la cueva del ciclope, tramando no su muerte para no quedar atrapado, escapando colgando de las lanas de su rebaño, sino que además quemó su destino y el de todos sus hombres, ya que luego del escape furtivo, arengando al hijo de Poseidon, ya escapado en la costa, dijo “sin remedio tenias que sufrir mal trato (…) ya Zeus se ha vengado” haciendo correr peligro nuevamente a sus huestedes, por su poca astucia, sin ser conciente ni ponerse en el lugar del otro, ahí la conciencia de el viajero estaba sumida por la “catarsis” de la ira, mescladoce idisolublemente con la unidad trasendental de la embriagues del poder, perdiendo toda consciencia de las cosas que pudiese ocurrir, cauzandole daño a un hijo del dominador