no morira el amor
Por Andrés Elías Flórez Brum. Si nos enamoramos de verdad, nos podríamos negar para la guerra. Se perdería también ese apetito desaforado que algunas personas sienten por el dinero. Le encontraríamos más sentido a nuestro oficio o trabajo.
El amor, en otras palabras, podría transformar la vida. Filosofía y estética, religión y principios, en nuestra manera de actuar y de ser nos llevarían por otros senderos.
Y este libro que llega ahora a nuestras manos nos habla con intensidad y pasión del amor.
No morirá el amor, del maestro Fernando Soto Aparicio, son nueve cuentos que en una prosa poética —y a veces en verso— te cuentan cómo el estar enamorado es una fiesta. Cómo el amor poco a poco va copando de sentido la vida. …ver más…
Aunque sólo una vez una carta suya hubiera aleteado sobre mi escritorio siempre atestado de papeles inútiles…" Entonces, en un nuevo encuentro empiezan a amarse. Se revelan en el fondo todos sus secretos.
De este autor, Fernando Soto (los que vivimos en la literatura le hemos venido aprendiendo desde que lo veíamos teclear, casi con los ojos cerrados y a mil palabras por segundo, en una máquina de escribir portátil), ahora advertimos en estos cuentos, tanto la pasión por la mujer, como la pasión por vivir y seguir escribiendo. En Cristina, una canción y una guitarra, dice: "Cristina, nombre de agua y de canto, surtidor de cristal elevado en mitad del otoño. Quiero ubicarme, estar aquí con ella, con ellos, rueda o rueca de camaradería con cascabel de risa, encarcelarme en ese pequeño ámbito aislado del mundo…".
En todos los cuentos, se escucha la voz de la afectuosidad, la voz de la vida. Técnica y artificio se diluyen o se pierden en el encanto de la narración. Un aleteo del buen decir que nos sopla para seguir leyendo. Un cosquilleo que nos alienta para seguir hacia adelante. Una palabra bien puesta que nos impulsa a buscar la otra. Y una imagen o una mujer que ya no nos suelta.
Al leerlos, estos cuentos dejan una sensación de querer encontrar la forma para vivir dignamente, para apasionarnos por las cosas de nuestro entorno, por querer transitar por el buen camino…
No se deja por fuera, por supuesto, el hecho de