mario briceño iragorry
Cuando el Departamento de Estado creyó necesario a los intereses de Estados Unidos intervenir en la política de Nicaragua y de la República Dominicana, envió sus lindas y poderosas naves a las playas desguarnecidas de ambos países. La América hispana siguió con devoción ejemplar el calvario de Las Segovias, donde Sandino se convirtió en símbolo feroz de la resistencia contra el grosero invasor. Sandino no era un santo. Sandino fue una fuerza puesta al servicio de la América libre. La invasión se hacía entonces por medio del big stick con que el viejo cazador de tigres africanos quiso dominar la altivez de la América española. Los medios han mejorado en los últimos años, y hoy para la ocupación …ver más…
¿No se habrán dado cuenta las autoridades de que estos vistosos avisos son en realidad como banderas que anuncian el triunfo del enemigo? Para recibir a Boves, los colonialistas de 1814 ocultaban el tricolor mirandino y vestían la ciudad con las banderas que simbolizaban la soberanía fernandina. Era el más elocuente testimonio de adhesión al régimen victorioso. Los anuncios de mercaderías yanquis son el testimonio de nuestra inconsciente renuncia a la soberanía nacional.
Pero estos diligentes marineritos que libran tierra adentro la batalla de la ocupación, tienen sus magníficos cuarteles en las capitales. En Caracas y Maracaibo, pongamos por caso, existen esas maravillosas tiendas que se llaman Sears Roebuck. Son pedazos de Broadway y Brooklin trasladados a nuestro patrio suelo. Parecidos a estos establecimientos debieron haber sido los depósitos de la Compañía Guipuzcoana, contra los cuales se levantó en nombre de la Patria, Juan Francisco de León. Estos grandes almacenes indican la plenitud de señorío de los yanquis en nuestro suelo. Cuando uno piensa en la Embajada Americana, dominando a la ciudad desde la sagrada eminencia de un repliegue del Ávila; en los grandes palacios de la Creole; en los súper-almacenes de Sears; en las primorosas exhibiciones de automóviles, y en los mercados del señor Rockefeller, se siente como si le estuviesen aplicando Seconal-sódico. La conciencia se deshace y no sabe