Vincent van Gogh: el puente de arles
Sus cuadros eran los más extraños, pintaba conforme a su criterio y no escuchaba las opiniones de los demás, rompió el patrón de los artistas anteriores, aunque no dejaba de admirar a muchos de ellos, por eso visitaba mucho los museos. Después del Puente de Arles, tuvo diversos estilos, como por ejemplo le gustaba pintar personas, las cuales no hubiesen sido conocidas gracias a él y muchos lugares que pintaba y estos eran enviados a un amigo que tenía en Londres para que los vendiera; pintó lavanderas, campesinos, y sobre todo le llamaban la atención aquellos cuadros que reflejaban la naturaleza y admiraba a sus creadores. Vincent pintaba prácticamente todo aquello que le fuese agradable.
En los últimos años, Vincent creía haber cumplido su sueño al vivir con Gaugin, otro artista que pintaba y ambos lo hacían a la vez como una competencia amistosa y esto le agradaba pero esto no resulto muy duradero cuando Gaugin le dijo que se quería ir de Arles y Vincent entristeció. Vivian en una Casa Amarilla la cual adornaban con cuadros que