Una Carretera Iluminada Por La Luna
The moonlit road, Ambrose Bierce (1842-1914)
Testimonio de Joel Hetman, Jr.
Soy un hombre de lo más desafortunado. Rico, respetado, bastante bieneducado y de buena salud (aparte de otras muchas ventajas generalmente valoradas por quienes las disfrutan y codiciadas por los que las desean). A veces pienso que sería menos infeliz si tales cualidades me hubieran sido negadas, porque entonces el contraste entre mi vida exterior e interior no exigiría continuamente una atención ingrata. Bajo la tensión de la privación y la necesidad del esfuerzo, podría olvidar en ocasiones el oscuro secreto, cuya explicación —siempre misteriosa— el mismo hace inevitable. Soy hijo único de Joel y Julia Hetman. El …ver más…
Nuestras pisadas y el canto incesante de las chicharras en la distancia eran el único sonido. Las negras sombras de los árboles contiguos atravesaban la carretera, que tenía un brillo blanco y fantasmal en las estrechas zonas del centro. Cuando nos encontrábamos cerca de la verja de nuestra hacienda, cuya fachada aparecía en penumbra, y en la que no había ninguna luz, mi padre se detuvo de repente y, agarrándome del brazo, dijo con un tono apenas perceptible:
—¡Dios mío! ¿Qué es eso?
—No oigo nada —contesté.
—Pero mira, ¡mira! —exclamó señalando hacia la carretera, delante de nosotros.
—Allí no hay nada —dije—. Venga, padre, entremos. Estás enfermo.
Me había soltado el brazo y se había quedado rígido e inmóvil en el centro de la carretera iluminada, absorto como alguien privado del juicio. A la luz de la luna, su rostro presentaba una palidez y fijeza inefablemente penosa. Le di un suave tirón de la manga, pero se había olvidado de mi existencia. Al rato comenzó a retroceder, paso a paso, sin apartar la vista ni un instante de lo que veía, o creía que veía. Di media vuelta para seguirle, pero me quedé quieto, indeciso. No recuerdo ningún sentimiento de miedo, a no ser que un frío repentino fuera su manifestación física. Fue como si un viento helado hubiera rozado mi cara y envuelto mi cuerpo de arriba abajo. Pude sentir su revuelo en el pelo.
En aquel momento mi atención fue atraída por una luz que apareció de