Técnicas de concienciación corporal
Relajación física y mental, concentración mental, hábitos posturales, respiración, control y visualización mental y miedo escénico

- El 76 % dé los músicos sufren alguna vez problemas corporales y psicológicos derivados de su profesión y estudios. Tocar un instrumento es fruto de un trabajo en donde se mezclan procesos físicos, mentales y psicológicos o emocionales. Entendemos por concienciación corporal aquel estado en que somos conscientes de nuestro cuerpo (sus tensiones, relajaciones, posturas, hábitos de movimiento etc) y aquellas herramientas, que utilizamos para llegar a esa conciencia (respiraciones, taichi, meditación, autoobservación, yoga, técnica Alexander, etc).

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La clave está en que esa energía que se concentra en la cabeza produciendo pensamientos problemáticos la llevemos al cuerpo. La cabeza juzga, el cuerpo siente.

Hábitos posturales

- La postura que adoptamos al tocar un instrumento está condicionando infinidad de procesos tanto corporales o físicos como mentales o psicológicos.

- Hay 2 apartados básicos dentro de la reeducación postural:

1. Posición del cuello. Los músculos del cuello son los músculos jefes de la espalda. Si dichos músculos están tensos, toda la espalda se tensará. Si mantenemos una posición del cuello con tensión los demás músculos del cuello y espalda empezarán a tensarse hasta producir dolor continuo en distintas zonas de la espalda.

La postura natural del cuello es la que surge cuando estiramos el cuello hacia arriba sin levantar los hombros y echamos la cabeza hacia atrás sin levantar la barbilla. También ayudamos a dicha naturalidad cuando para leer una partitura o escribir sobre un papel no inclinamos la cabeza hacia abajo, sino, dejando la cabeza en la postura antes dicha como si mirásemos hacia el frente, simplemente movemos la órbita ocular hasta encontrar aquello que deseamos leer o escribir.

2. Percepción sensorial errónea. Hace referencia a que no podemos fiarnos de nuestras percepciones sobre cómo es nuestra postura. Normalmente rompemos la naturalidad postural a una edad muy