Sociología policial
La literatura (…) es una poderosa máquina que procesa o fabrica percepciones, un “perceptrón” que permitiría analizar el modo en que una sociedad, en un momento determinado, se imagina a sí misma. Lo que la literatura percibe no es tanto un estado de las cosas (hipótesis realista) sino un estado de la imaginación.
Daniel Link, El juego de los cautos
Así como el crecimiento del género novela llamó la atención de intelectuales y escritores que teorizaron sobre el fenómeno, lo mismo ocurrió con la novela policial, tanto en la clásica como en la negra. El policial surgió a mediados del siglo XIX de la mano de un escritor norteamericano llamado Edgar Alan Poe, quien sentó las bases para el posterior desarrollo del …ver más…
Un detective en Londres
Más tarde, sobre el final del siglo XIX y el comienzo del XX, tanto la literatura inglesa como la francesa serán parte del auge en este tipo de narrativa. Sin ninguna duda, será en Inglaterra donde el género cobrará mayor vigor y reconocimiento de la mano de Arthur Conan Doyle, Agatha Christie y Chesterton, aunque no hay que dejar de mencionar a los franceses Gaborieu, Maurice Leblanc, Gaston Leroux y el belga George Simenon. Siguiendo las enseñanzas de Poe, esta generación de escritores llevó al género a la cima literaria y expresó en sus historias la vida en las potencias y los valores morales de esos tiempos. Como dicen Boileau-Barcejac “Conan Doyle supo además trazar una imagen imborrable de la Inglaterra victoriana. De los cabs, los cotos de caza, los suburbios de Londres, Charing-cross, los muelles, las landas de Dartmoor, hace fotografías pálidas y conmovedoras para el álbum de la Belle Époque”.
A su manera, cada detective dio cuenta del mundo que lo vio nacer y no es una simple coincidencia que estos relatos carezcan de cualquier alusión sexual. En las novelas del policial clásico directamente no existe el sexo, ni siquiera se lo menciona, incluso uno de sus célebres detectives, el padre Brown, es un devoto religioso. El detective rara vez se involucra en historias con mujeres, reflejo de esa moral victoriana que impregnaba a la sociedad de fines de siglo XIX y que castigaba cualquier relación sexual por fuera de los marcos