Socialismo utopico
Aparece la negación del capitalismo a través de la sujección a controles de la propiedad privada o su abolición, la racionalización del industrialismo, la secularización y el desarrollo científico, etc. A la vez, encontramos en todos ellos una visión positiva del trabajo y una insistencia en la necesidad de organizarlo y planificarlo, en oposición a la anarquía económica del capitalismo y a las clases aristocráticas improductivas y ociosas de la época.
El rechazo del conflicto les lleva a una marcada aversión hacia los métodos revolucionarios, entendiendo que el nuevo tipo de sociedad no sería la consecuencia de una revolución, sino que debería ser el resultado de un acuerdo en temas clave por parte de los grupos sociales básicos.
El carácter prematuro de esta doctrina y, en buena medida, el motivo por el que es tachada de utópica por Marx y Engels, es producto del contexto histórico en el que se desarrolla: surge en una etapa de transición, en la que el capitalismo industrial es aún incipiente y apenas está desarrollado. Los socialistas utópicos no tienen que enfrentarse con los problemas de un sistema industrial altamente organizado. El movimiento de la moderna clase obrera no había aparecido por entonces y no tenían una idea real de cómo podría