EL AMOR DE PLINIO Y ROSITA

Por Luis Manuel Pimentel p_luispimentel@hotmail.com Plinio -que de acuerdo a los comentarios sobre su venida al mundo que le hicieran varios familiares; nació “como en el ´50”-, se encontraba “lo más quitado de ruido” en el paraje El Morro de la sección El Recodo del municipio de Baní, cuando recibió la visita de su padre, don José Tejeda (José Cesé); el cual le llevaba un mensaje que perduraría en su vida. Ocurrió durante los primeros días del mes de septiembre de 1986 el hecho mediante el cual, don José Tejeda toma la decisión de ponerse en contacto con Rosinda Ortiz, una mujer soltera que contaba para la época con unos 40 años y que se entendía podría aceptar el unirse en concubinato con su hijo que …ver más…

Solo hay que imaginarse la sorpresa de Plinio al ser informado sobre el particular, el que habría exclamado a su padre: “cómo papá, yo nunca e enamorao esa mujé”; “tu no ha hablao, pero ya yo me puse de acuerdo con ella”, contestó de inmediato don José. Aunque sin miradas picaras, ni besos; ya los amores estaban formalizados. El padre de Plinio le informó de inmediato que le ayudaría a desarrollar los quehaceres que tenía pendiente “para que baje al pueblo pasado mañana (sábado 13 de septiembre) y la traiga”…yo te voy a cuidá aquí en lo que tu baja al pueblo. Plinio aún no lo creía. Siguieron las conjeturas de Plinio, diciéndole, pero “papá yo no tengo cuarto pa´hacé movimiento de mujé”. Don José que sabía lo que estaba haciendo manejaba una respuesta para cada inquietud, por lo que le dijo: “prepara la mula amarilla pa´que te vaya temprano, que yo te voy a dá dinero”. Plinio se puso las pilas y el viernes preparó el viaje que lo llevaría a encontrarse con su apasionante novia a la que no había confesado amor, incluso preparó algo de vívere para su madre doña Consuelo, que se había quedado con algunos nietos en Fundación de Peravia. El sábado a eso del mediodía llega Plinio a su residencia paterna y de inmediato junto a su madre iniciaron los preparativos de la visita a la residencia de los Ortiz Germán, -parientes en cuarto grado de consaguinidad-; para lo cual el prometido debió recortarse el pelo y ponerse “buen mozo”-como se