Resumen Juego del Laberinto
Capítulo 1 “Todo tiene una salida”:
Cuando Iván se despertó, se cambió y fue a buscar un lugar para desayunar. En la cuadra había un bar, pequeño y oscuro llamado El Único. Justo enfrente del hotel había un café, luminoso y tranquilo. Probó salir de la manzana pero sus piernas se negaron (hecho fantástico). Intentó en diferentes lugares pero nunca pudo. Entonces empezó a dar vueltas por la manzana hasta que encontró un lugar llamado Laberintistas Asociados. El lema de la asociación era: todo tiene una salida. Era un antiguo edificio, con pisos calcáreos, ascensor jaula y techos altos. Entró y encontró dos habitaciones llenas de libros, maquetas y planos de laberintos y, en el fondo a un señor alto y …ver más…
Decidieron ir a hablarlo con Zelmar Cannobio.
Iván y Anunciación recorrían la cuadra buscando una señal de toro y se pusieron hablar de que el juego era un viaje del que no se sabía la salida. En ese momento, encontraron un toro mecánico que miraba con furia con piel negra y brillante con ojos hechos de piedras amarillas. Iván se subió pero no logró ver ninguna pista o alguna señal. Anunciación se subió y notaron que un hombre iba hacia ellos. Trabajaba para Dream Park. Era el gerente de comunicaciones. Iván y Anunciación lo convencieron de que los dejara subirse y sacaron de la mochila una ficha para hacer andar la máquina. Empezó a hacer movimientos bruscos hasta que empezó a avanzar. Se frenó justo después de cruzar la calle.
Capítulo 5 “La laguna de los sargazos”:
Yendo al museo, los Acuáticos se cruzaron con la madre de Lagos, que lo buscaba a su hijo para decirle que su hermana, Federica, se había perdido. Entonces los amigos fueron juntos a buscarla. Primero pensaron en ir a buscarla a la casa de su mejor amiga pero después recordaron que Federica había invitado a Ríos al muelle, entonces decidieron ir a buscarla allí. Estaba atascada en un bote. Con un plan perfecto, trataron de sacarla, pero Lagos arruinó todo.
Iván y Anunciación fueron a una pizzería y, mientras comían, hablaron de sus vidas. Cuando terminaron fueron a dar una vuelta a la manzana. Fueron a la entrada de subte, pero no vieron nada raro. Escucharon a un señor decir que caía