Resumen: “El Yo y El Ello” (1923), Freud, S
1.- Consciencia e Inconsciente:
Este capítulo es nombrado introductorio dado que Freud no pretende añadir nada nuevo a lo ya mencionado en las otras conferencias y artículos, sino que sólo recordar que lo consciente e inconsciente es fundamental para el psicoanálisis y la teoría de la represión, dado que con esta teoría partirá el concepto de lo inconsciente.
Se analiza los tres estados en sentido descriptivo del consciente (Cc), preconsciente (Prec) e inconsciente (Inc), y desde el punto de vista tópico, mientras nos cuenta que para algunos fines descriptivos se difieren entre lo preconsciente y lo inconsciente, ya que a veces es imposible saber con seguridad dónde ubicar lo que no es …ver más…
Esto conduce a la génesis del ideal del yo, aquí menciona a los padres como principal objeto dado que los identifica directa e inmediatamente.
Posteriormente habla de las complejidades de estas primeras relaciones mencionando problemas de Edipo y o bisexualidad constitucional. Acá habrá una primera lucha entre el yo y el superyó.
Esta oposición del superyó al yo la vemos tanto en la advertencia “Así como el padre debes ser”, como en la prohibición “Así como el padre no debes ser, pues hay algo que le está exclusivamente reservado. Acá plantea que el superyó conserva el carácter del padre, mientras más estricto o fuerte de carácter sea este, mayor será el predominio del superyó contra el yo en su conciencia moral del individuo.
El superyó es el heredero del complejo de Edipo y actúa como el abogado del Ello ante el yo, constituyendo también el nódulo del que parten todas las religiones, la moral y los sentimientos sociales.
Para finalizar Freud señala que los antiguos conflictos del yo con el Ello pueden continuar transformados en conflictos del yo con el superyó, y que es la amplia comunicación que sostiene con el Ello lo que nos explica que el ideal del yo permanezca en gran parte inconsciente e inaccesible al yo.
4.- Las Dos Clases de Pulsiones.
A la división de parte del ser anímico en el yo, el Ello y el superyó se recalca la oposición entre el Eros (que integra las pulsiones