Reflexiones en torno a la justicia a partir de gaudium et spes
se oculta una aspiración más profunda y más universal: las personas y los grupos sociales están sedientos de una vida plena y de una vida libre, digna del hombre, poniendo a su servicio las inmensas posibilidades que les ofrece el mundo actual” (GS 9). En relación al diagnóstico que el documento realiza acerca del estado del mundo moderno, nos parece que los Padres conciliares no son tan optimistas como a veces se ha dicho o se ha querido que dijeran. No parece super-optimista sino más bien realista decir que “el mundo moderno aparece a la vez poderoso y débil, capaz de lo mejor y de lo peor, pues tiene abierto el camino para optar entre la libertad o la esclavitud, entre el progreso o el retroceso, entre la fraternidad o el odio. El hombre sabe muy bien que está en su mano el dirigir correctamente las fuerzas que él ha desencadenado, y que pueden aplastarle o servirle” (GS 9). O por ejemplo, “En realidad de verdad, los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano. Son muchos los elementos que se combaten en el propio interior del hombre” (GS 10). Incluso, el mismo texto conciliar previene contra las falsas esperanzas: “[…]. Que no nos engañe una falsa esperanza. Pues, si no se establecen en el futuro tratados firmes y honestos sobre la paz universal una vez depuestos los odios y las enemistades, la humanidad, que ya está en