Principito
El primer capítulo del libro comienza con un relato de la infancia del narrador que, como después sabríamos, era piloto.
Este relato no nos dice nada que nos haga pensar que Saint-Exupéry está intentando reflejarse en el piloto, hasta que dice “Entonces, tuve que elegir otro oficio y aprendí a pilotear aviones. Volé a muchas partes del mundo, y la geografía, es cierto, me sirvió mucho para diferenciar a primera vista China de Arizona”.
Como sabemos, Saint-Exupéry era piloto, oficio con el cual “tuvo oportunidad de recorrer por el aire casi todo el mundo”. Después, Saint-Exupéry dice que el oficio que adoptó le permitió conocer muy de cerca a la gente seria y a su mundo, pese a lo cual no mejoró la opinión que de ellos tenía. …ver más…
De hecho en una carta a Rinette, decía que “lo oscuro es más tentador que lo claro. Entre dos explicaciones de un fenómeno, la gente se inclina instintivamente por la más culta. Porque la otra, la verdadera, es sencilla y deslucida y no pone los pelos de punta...”.
Esa falsa omnisciencia era detestada y aborrecida por el autor.
Capítulo V
En este episodio, aparecen los famosos Baobabs. Estos árboles no están en la obra sólo porque en el asteroide B16 los Baobabs fuesen peligrosos, sino más bien, adquieren un valor simbólico: los Baobabs son como la semilla del mal que se entromete constantemente en nuestra vida y que es necesario desterrar antes de que germine lo suficiente para hacer daño, de hecho, “es una cuestión de disciplina”.
Posteriormente, el autor, a través del piloto, admite que no quiere tener un tono moralista. Esta confesión nos explica porqué el que habla de disciplina es el Principito y no el piloto, porque de haber sido al revés, El Principito, habría sido el típico libro infantil en que una persona aparentemente “sabia” deja una enseñanza a una persona con menos experiencia y, por ende, “menos sabia”, mas al decirlo el Principito, para el lector infantil es como si un amigo le estuviera dando un consejo.
Capítulo VI
“Ay, Principito, así comprendí, poco a poco, tu pequeña existencia melancólica”. Éste es el inicio del sexto