Pipa llega a su casita de campo
Había una vez en un pueblecito de Suecia un huerto hermoso, y en el fondo se alzaba una casita de campo. Era la casa de Pipa Mediaslargas.
Pipa no tenía ni padre ni madre, pero no crean que siempre fue así. Hubo un tiempo en que Pipa tenía un padre al que quería mucho. También, naturalmente, había tenido una madre que murió cuando Pipa era muy chiquita. Ahora la niña pensaba que su madre estaba allá arriba, en un lugar del cielo. Por eso Pipa miraba hacia arriba de cuando en cuando para saludar a su madre, y le decía:
—No te preocupes por mí, yo sé cuidarme solita.
El padre de Pipa había sido un capitán de barco y ella había recorrido con él todos los mares. Pero sucedió un día que en uno de esos viajes …ver más…
Y fue una novedad verdaderamente grande porque ellos nunca habían siquiera soñado que pudiera existir una niña como Pipa.
Porque… ¿no les he contado cómo era Pipa? Pues verán: tenía el cabello color zanahoria recogido en dos trenzas levantadas, como palos. Su nariz parecía una papita llena de pecas. Su boca era grande y tenía unos dientes blancos, blancos. Su vestido era único. Ella se lo había confeccionado con una tela que había sido azul, pero como no le alcanzó, le añadió aquí y allá trozos rojos. En sus piernas, largas y delgadas, llevaba unas medias también largas, una de color negro y la otra de color café. Traía siempre unos zapatotes donde sus pies nadaban. Su padre se los había comprado en América del Sur, y Pipa no quería usar otros. Para colmo, siempre llevaba a su monito en un hombro, eso sí, muy bien vestido con pantalones, chaqueta y un sombrero de paja.
Ese día Tomás y Anita estaban frente a su casa cuando Pipa salió de la suya y caminó por la banqueta con un pie en el borde y el otro abajo. Tomás y Anita la siguieron con la vista hasta que desapareció. Pero luego volvió, ahora caminando de espaldas: no había querido tomarse la molestia de dar media vuelta para regresar. Al llegar ante la casa de Tomás y Anita se detuvo. Tomás le preguntó por qué andaba de espaldas.
—¿Que por qué ando de espaldas? Estamos en un país libre, ¿no? Pues entonces puedo andar como me dé la gana. Yo he recorrido todo el mundo