Picaflor No Somos Irrompibles

1892 palabras 8 páginas
Se decía que lo único que le quedaba de sus antepasados era ese rostro aindiado,pero nosotros sabíamos que no era así. Concluidas sus tareas como jardinero, en el preciso momento en don Nicandrose sentaba a matear a la puerta de su cabaña, tendía más allá de las alambradas de lachacra, hacia ahí nos íbamos mis primos y yo a pasar un rato a su lado. No porque fueraespecialmente cariñoso con nosotros. Pero con ese olfato de la infancia para entender elrevés de los gestos de los adultos, sabíamos que nos quería. Nos bastaba mencionarle algún animal o alguna planta que hubieran despertadonuestra curiosidad de chicos de ciudad, para que él, como hablando para sí mismo, seabriera en un relato fantástico que, a su vez, le habían contado sus …ver más…

Con los ojos alzados hacia las copas de los árboles como llevaba, ni advirtióla presencia de Aguará. Petrificado junto a unos arbustos, el indiecito la veía acercarse
32. hacia allí mientras el pensamiento le alertaba: -¡Una enemiga! –y el sentimiento lesusurraba: -¡Qué hermosa es! 100 Talita estaba dispuesta a treparse a un árbol, segura de que desde ese lugarprovenían los deliciosos trinos. Era la tercera vez, en una semana, que lo oía y no queríaperderse la oportunidad, ahora que lo tenía tan cerca, de conocer al pájaro que era capazde cantar de ese modo. Tan suavemente se les aproximaba, que las aves jamás huían deella sino cuando intentaba tocarlas. Afirmó un pie en la rugosidad más aliente del tronco, se abrazó a él y yaempezaba a elevarse cuando descubrió a Aguará. Se desprendió horrorizada, y horrorizada, cayó hacia atrás desplomándose deespaldas sobre la hierba. ¡Un enemigo la había sorprendido! ¡Y con machete en mano!De seguro que iba a cortarle el cogote y a llevar luego su cabeza como trofeo. –Mejorno verlo –pensó Talita, y cerrando los ojos, se resignó a entregarse a la mala suerte.¿Qué otra cosa podía hacer ella, tan frágil, frente a ese pichón de indio que la mirabacon los ojos fijos como los de una lechuza? Ojos fijo en ella los de Aguará, sí; como los de una lechuza, sí; pero abiertossobre su cuerpo como ante el de una diosa. -Hija de la luna ha de ser... –se decía el muchacho, al tiempo que se leaproximaba- Hija de la luna... ¡Qué

Documentos relacionados

  • Prueba No Somos Irrompibles
    1122 palabras | 5 páginas
  • No Somos Irrompibles
    1490 palabras | 6 páginas