La experiencia y la filosofía que no conducen a la indulgencia y a la caridad, son dos adquisiciones que no valen lo que cuestan.
(Alejandro Dumas (hijo.))

Buenos días compañeros, maestros, honorables miembros del jurado, público en general. Mi nombre es Andrea Monroy Garay y hoy vengo a hablarles acerca del maltrato a los ancianos.
“Eres viejo”; “Eres inútil”; “Sólo me estorbas”; “Ya deberías morirte”. Palabras crueles, inhumanas, atroces. Sin embargo, hay quien se atreve a decirlas, decirlas a aquellos seres llenos de sabiduría, experiencia, amor. Nuestros ancianos.
¿Cuántas veces no hemos oído, leído, visto o incluso ser partícipes, del maltrato hacia los ancianos?, ¿Y qué hacemos? Nada, nos hacemos los ciegos, mudos o sordos, …ver más…

Todos tenemos cerca una persona de la tercera edad, hoy yo les pregunto lo conocen realmente, ¿han hablado con ellos acerca de sus pensamientos o sentimientos, saben algo de su vida más allá de lo que conocen por dichos? Yo los convoco a que se tomen el tiempo de hablar con ellos y escucharlos, pero no solo los oigan, escúchenlos, podemos aprender mucho e incluso divertirnos, con sus anécdotas. No estemos con ellos por obligación, sino por lo más importante que como seres humanos necesitamos, por amor.
Debemos tener siempre en cuenta que ellos nos dieron gran parte de su vida ya sea como padres o abuelos, recordemos todo lo que nos brindaron; el amor, el afecto, la compañía y el apoyo. Díganme quien no tiene hermosos recuerdos de su niñez con los abuelos, cuantas aventuras, risas y diversión pasadas con ellos, cuantas travesuras hechas con ellos como cómplices, cuantas llamadas de atención suavizadas con una caricia o una sonrisa.
Demos el valor que merecen nuestros ancianos, cuidémoslos, debemos tratarlos con respeto y amor. Sabiendo siempre que cada arruga y cada cana reflejan una experiencia que puede llevar a un buen consejo porque como dice el dicho “sabe más el diablos por viejo que por diablo”.
Es importante inculcarles a niños y jóvenes la cultura ancestral donde el respeto, la admiración y la atención eran vistos como un culto a la sabiduría ya que todos absolutamente todos estamos