Muestreo y censo
Montaigne nació en Burdeos,el 28 de febrero de 1533. Su familia materna, de ascendecia judía portuguesa, fueron posteriormente judeoconversos aragoneses (sefardíes), los López de Villanueva, documentados en la judería de Calatayud, tres de los cuales fueron quemados por la Inquisición, incluido su bisabuelo Pablo López en 1491; gozaba de una buena posición social y económica y él estudió en Guyenne. Recibió de su padre, Pierre Eyquem, alcalde de Burdeos, una educación a la vez liberal y humanista; muy niño lo envió a convivir con los campesinos de una de las aldeas de su propiedad para que conociera la pobreza; le despertaban siempre con música. Para que aprendiese latín, su padre contrató un tutor alemán que no …ver más…
Su influjo fue colosal en la literatura francesa, occidental y mundial, como creador del género conocido como ensayo.
Durante la época de las guerras de religión, Montaigne, católico él mismo, pero con dos hermanos protestantes, trató de ser un moderador y de contemporizar con los dos bandos enfrentados. Le respetaron como tal el católico Enrique III y el protestante Enrique IV. De 1580 a 1581, viajó por Francia, Alemania, Austria, Suiza e Italia, llevando un diario detallado donde describió episodios variados y las diferencias entre las regiones que atravesaba. Sin embargo, este escrito sólo llegó a ser publicado en 1774, con el título Diario de viaje.
Mientras estaba en Roma, en 1581, fue elegido alcalde de Burdeos; su padre Pierre Eyquem había sido ya alcalde de esta villa, que Michel rigió hasta 1585, cuando intentó moderar las tensiones entre católicos y protestantes. Hacia el fin de su mandato, la peste asedió la ciudad.
Cuando Enrique IV, otra vez rey y con quien él sostuvo siempre una relación amistosa, le invita a la Corte como consejero, rehusando el papel de un nuevo Platón en la corte del tirano Dionisio de Siracusa, declinó tan generosa proposición: «Yo no he recibido jamás ninguna generosidad por parte de los reyes, que no he pedido ni merecido, ni he recibido paga alguna por los pasos que he dado en su servicio. [...] Soy, Sire, tan rico como me imagino».
Montaigne continuó extendiendo y revisando sus