Miranda regresa
Él se gana la vida vendiendo pan y tela, y eso es cosa de gente de baja calidad, de gente que no sirve para nada
Al escuchar esto Francisco ya muy molesto, se acerco al Juez
Francisco: (se acerca al Juez, Don Sebastián trata de detenerlo pero este es sostenido por Remigio) Buenas, ¡¿desde cuando es un delito vender pan?!
Juez: Esto no es asunto de muchachos, además, ya tu padre tiene abogado
Márquez: Déjelo Juez, que el niño sabe mucho de derecho (hablándole en la cara a Don Sebastián) lo vi dándole ideas a los negros sobre una república libre, es por ello que su padre debe salir del Ejercito. ¡Acaso planean hacer un grupo de soldados negros que van a combatir a los negros, por el amor de Dios!
Todos en la sala se alborotan…
Francisco: (Restregándoselos en la cara) Buenas, mi nombre es Francisco Miranda; y en mi casa se hace el pan que todos ustedes comen, y las telas que sus esposas usan para sus ropas, ¿eso acaso es un pecado?, ¿acaso el trabajo es un pecado? Si fuera así, ¿no pecaría también quién come el pan y usa esas telas? ¡Deberían entonces, andar desnudos y hambrientos los señoritos mantuanos, no deberían beber el chocolate que sus esclavos negros escupen para los señoritos mantuanos de sangre clara!
Todos abuchean a Francisco
Juez: ¡Orden en la sala!, esta corte decide apelar a Favor del Márquez Elías y relevar del mando al Comandante Sebastián Miranda de sus cargos militares, por haber postergado a patricios