Lucas Lenz y la mano del emperador
Capítulo 1
El narrador es el guardián del museo (está narrado en primera persona). Es un hombre de cierta edad (tiene una radio antigua). Su lugar es una oficina en el primer piso. Recorre el museo con una linterna de metal. Los objetos del museo no siempre están en el mismo lugar y siempre hay cosas nuevas. Nada tiene un cartelito con una explicación. El guardián les inventa la historia de su busca. Lucas Lenz es quien se encargó de reunir esos objetos. El guardián tardó 6 meses en escuchar de él y otros 6 para conocerlo.
Capítulo 2
El guardián comenzó a trabajar en el museo dos años atrás por culpa de su insomnio. De noche no se podía dormir, tenía la sensación de que se moría. Y de día tenía mucho …ver más…
También le cuenta que hace meses que buscaba esa caja, aún sin saber qué era pero no la iba a abrir hasta que llegara Raval.
Capítulo 9
En una librería le dijeron que “Los cinco enviados del emperador”, de Martín Gamma, era una serie de cinco libros, cada uno protagonizado por uno de los enviados. Los cinco enviados tenían la misión de traer objetos raros de todas partes del mundo que después formaban parte del gabinete de las maravillas del emperador. Dicho lugar estaba en un complicado laberinto de salas subterráneas. Durante el fin de semana, Lenz fue de bar en bar leyendo los libros.
Capítulo 10
El primer libro se llamaba “Vladimir”. Contaba la historia de algo que había obsesionado a los físicos y matemáticos de la antigüedad, una máquina de movimiento perpetuo. En el palacio de Praga, donde vivía el emperador, se enteraron que un matemático italiano había logrado construir esa máquina. Vladimir era el encargado de traerla. El inventor se negó a venderla pero aceptó mostrársela. Era una caja de metal y le explicó que el movimiento de la Tierra la hacía girar, la había hecho con forma de corazón y del tamaño de su propio corazón porque el corazón humano tiene la misma inclinación que la Tierra sobre su eje. Vladimir, finalmente, robó el invento y, luego de un accidentado viaje, se la entregó al emperador que la ubicó en una cámara silenciosa para poder escuchar el mecanismo eterno. Pero, a los tres meses, se