Los ojos del perro siberiano
AUTOR
Antonio Santa Ana nació en Buenos Aires en 1963. Es editor y especialista en literatura infantil y juvenil. Su trabajo cotidiano siempre ha estado relacionado, de alguna u otra manera, con los libros. Los ojos del perro siberiano es su primer novela.
ESTRUCTURA DE LA OBRA
La obra se inicia con una dedicatoria del autor: Para Sandra, por supuesto.
Seguida de una frase de Antonio Tabucchi: ¿No cree que es eso lo que la literatura debe hacer, provocar desasosiego?
Con esta frase, el autor, nos invita a reflexionar acerca de las diversas problemáticas que presenta la obra: la familia, la comunicación, el compañerismo, el SIDA, el rechazo, la discriminación, todo a través de la literatura porque ella nos …ver más…
Evade la realidad de su hijo.
La abuela: es la cómplice de los hermanos, sobre todo de Ezequiel. Lo ayuda hasta económicamente.
Mariano: es el mejor amigo del hermano menor, lo abandona cuando éste más lo necesita.
Natalia: novia del hermano de Ezequiel.
Sacha: es la mascota de Ezequiel.
FRASES PARA REFLEXIONAR
Es terrible darse cuenta de que uno tiene algo cuando lo está perdiendo.
La gente le tiene miedo a lo que no entienden. La sociedad margina los que son diferentes.
El SIDA es como una tormenta, nadie quiere sacar la cabeza para ver qué hay afuera.
El SIDA es como la guerra, son los padres los que despiden a sus hijos. Si la cuerda no fuera delgada, no tendría gracia caminar por ella.
Ninguna enfermedad te enseña a morir. Te enseña a vivir. A amar la vida con todas las fuerzas que tengas. A mí, el SIDA no me quita, me da ganas de vivir.
La vida no es más que eso: Asomar la cabeza, para ver qué pasa afuera, aunque haya tormenta.
Lo que sigue es una frase de Blade Runner que Ezequiel le dejo a su abuela para que le entregue a su hermano:
-He visto cosas que ustede no creerían. Naves de ataque ardiendo sobre el hombro de Orión.
Rayos “C” brillando en la oscuridad cerca de Tannhauser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.
-No sé que me salvó la vida. Quizá en los últimos momentos amó la vida más que nunca. No sólo la suya, la de cualquiera… la mía. Buscaba la misma respuesta que buscábamos