Los indigenas venezolanos
Lic. en Comunicación y RR. PP.
Elementos de Lingüística
Hernández Molina María D.
Resumen de la lectura: “Crítica de la razón arrogante” de Carlos Pereda
4° A
En su ensayo sobre la crítica arrogante, Carlos Pereda comienza por definir lo que para el connota la palabra arrogancia: “Cuando atribuimos este vicio en ciertos rasgos de carácter, un conjunto de creencias y deseos y, por supuesto, varias conductas. Los objetos de este encumbrarse y ese degradar pueden ser… casi cualquier cosa, desde el vestir y las comidas hasta las más refinadas teorías en ciencias naturales o sociales, pasando por unidades mayores como las costumbres, etnias y tradiciones”.
La arrogancia para Carlos Pereda forma …ver más…
El necesario límite de un deseo de más de lo mismo implica que para evitar la aridez o la locura tampoco es posible dar marcha atrás y ampararnos en una radicalización de este deseo. La manera más eficaz, para el autor, de presentar a la razón arrogante es mostrarla actuando: seguirla con atención en varios de sus recorridos, de sus invasiones en nuestras vidas. Para esto Carlos Pereda en lo que viene a continuación en su ensayo nos presenta lo que el llama “panfletos civiles”, que no son más que la manera de demostrar en sus distintas expresiones a lo que el llama la razón arrogante.
El primer panfleto es: “Estrategias de las dos inculturas” que nos presenta el modo de operar de la razón arrogante en la cultura de la academia y de la anti-academia, en pocas palabras, la cultura de los intelectuales.
Así, en este panfleto, nos enfrentamos con dos modos de operar de la razón arrogante: primero, creer que es posible eliminar las normas y enfrentar el mundo “tal como es”, las “cosas mismas”. Lo que es otra manera de afirmar: se puede prescindir de una posición, de un punto de vista o, quizá, se puede adoptar el punto de vista de nadie o “arrogancia neutralista”. Segundo, una vez vencida esa arrogancia, cuando se descubre que la normatividad impregna nuestras vidas (por ejemplo, si se recuerda que nadie tiene meras creencias, sino que todos levantamos la presunción de que nuestras creencias son verdaderas y que inevitablemente esperamos que