Los arquitectos tratadistas del renacimiento italiano.
Autora: Muñeca Geigel Editorial: ARCANO BOOKS Colección: El arte de Ser Feliz
INTRODUCCIÓN
El propósito de este curso es llevarte a conocer que lo único que tú necesitas en la vida es mantener la conexión con Dios en ti, la única Fuente de toda tu FELICIDAD, PROSPERIDAD y de dinero. El dinero no es la clave de la felicidad. Quien busca su satisfacción en el dinero, en un cuerpo hermoso, en personas o en cosas, nunca será feliz, porque la felicidad nunca la podemos encontrar fuera de nosotros. Muchas personas se ponen como meta en la vida hacer mucho dinero y logran construir estructuras financieras inmensas y fuertes, porque han aprendido a manejar su dinero y adquieren …ver más…
8. Perdona a tu padre, a tu madre y a tus hermanos. Las relaciones de familia hay que resolverlas con el PERDON. De esto no te puedes escapar, si quieres ser feliz y prosperar. 9. Sé generoso con tu tiempo y dinero, disponiéndote a servir de la forma que te sea indicada por tu intuición. 10. Levanta tu corazón en alabanza, AMOR y acción de gracias por todas las bendiciones que tienes y por todo lo que camina bien en tu vida. Lo que no está ordenado y perfecto entrégalo a Dios en ti. Invierte la gran energía de tu Pensamiento Creativo en lo que quieres en tu vida. Lo que no quieres entrégalo y no le des pensamiento. Recuerda que Dios en ti hace perfecto todo lo que a ti te concierne, si realmente se lo entregas.
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11. Celebra la vida, relájate y respira cuando hagas las declaraciones de ABUNDANCIA. Estas te devuelven los milagros de ABUNDANCIA, que son tuyos por derecho de Conciencia. 12. Mantén tu cuerpo saludable y joven aprendiendo a manejarlo adecuadamente con nutrición sana, relajación, ejercicios, masajes, terapias Reiki, respiración conectada y consciente, y otros.
DÍAS 1 AL 30 DÍA 1
Yo Prospero Placenteramente
Yo Prospero Placenteramente. La Vida Espiritual es el Camino hacia Dios. Todo aquel que toma el camino de Dios, se llena de la belleza divina y demuestra un gran aprecio por todo lo bello y placentero. Sin embargo, quien a Dios tiene nada le falta; por tanto, aquel que