La diferencia entre Europa Occidental y Europa Oriental tras la Segunda Guerra Mundial. Las distintas políticas de EEUU y la URSS para con sus zonas de influencia.
INTRODUCCIÓN
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial el mundo se dividió en dos bloques antagónicos, liderados por las dos potencias vencedoras de la contienda: EEUU y la URSS. Este nuevo mundo bipolar trazo un nuevo mapa mundial (y especialmente europeo), dividido en 2 grandes sectores, comunista y capitalista, que conto con grandes diferencias en su desarrollo posterior. Este diverso desarrollo entre lo que llamamos Europa Occidental y Europa Oriental se puede ver en la actualidad, y tiene raíces en los distintos métodos utilizados por las potencias dominantes de la …ver más…

Esta es la responsabilidad de los europeos”.5
Muy distinto es el caso de los Estados satélites de la URSS. Los países del este europeo cayeron bajo el dominio soviético tras ser liberados de los nazis por el ejército rojo, y este dominio se mantuvo mediante la fuerza y el poder militar que tenían los soviéticos.
En estos países se instauraron las llamadas “democracias populares”, “una forma que encubría, o encauzaba, la dominación de la URSS sobre los países orientales […] Formalmente no se negaba la soberanía nacional de los países”6 donde el partido comunista domina el gobierno de cada país y a su vez se someten a las directivas y ordenes de la URSS.
Para consolidar el dominio sobre la zona, la URSS favoreció a los sectores de comunistas de estos países, aun cuando en Europa Oriental, “la izquierda y los comunistas tenían un arraigo superficial”7. Tal como dice Azcarate, la política soviética en el este europeo puede resumirse de la siguiente manera: “utilizar las condiciones militares sobre el terreno para imponer, cuanto antes, gobiernos en los cuales el aparato coactivo del Estado queda en manos de los comunistas”8.
La violación de los tratados de Yalta por parte de Stalin tuvo una respuesta similar por parte de EEUU, provocando la salida de los comunistas de los gobiernos de Francia e Italia. Tras la negación de que los países bajo su órbita acepten el