La contaminacion como un problema multifacetico
Estudios de algunos otorrinolaringólogos de la Ciudad de México señalan que cada día es más común encontrar bacterias de origen fecal en la garganta de sus pacientes. Por insignificante que sea debido a la contaminación del aire, en el DF se ha observado que no se puede emplear el falsete para cantar, pues cuando se intenta, las cuerdas altas de la faringe emiten una especie de graznido cavernoso, resultando algo verdaderamente chusco. Podemos suponer que la tierra, por ser un elemento sólido, no permite la propagación de sustancias que se depositan en ella, pero olvidamos que la lluvia es el agente que se encarga de realizar tal propagación. Pensemos en la cantidad de plaguicidas (insecticidas, raticidas, herbicidas, defoliadores, etc.) que se arrojan a la tierra o el DDT, siendo una sustancia que perdura unos 10 o 15 años en la zona donde se ha esparcido, pasa a los tejidos de algunos organismos habitantes de este medio, por ejemplo las lombrices, las cuales posteriormente son devoradas por aves, que secuencialmente, morirán envenenadas. Además del DDT, existen otros plaguicidas que tienen la siniestra cualidad de alterar los procesos bioquímicos del suelo por el hecho de que suelen perjudicar: bacterias, hongos, algas, insectos y diferentes organismos habitantes de él. Entre otras amenazas para el suelo, podemos mencionar la imparable urbanización de las zonas rurales, obras públicas como la