Historia de puertollano
S. XVIII A lo largo del s. XVIII la situación de Puertollano continuó siendo similar a la de siglos anteriores. Supone un intento de salir de la crisis demográfica que Puertollano venía sufriendo desde el siglo anterior. En líneas generales puede decirse que la población de la villa no pudo seguir un ritmo de crecimiento al estar periódicamente acechada por años de epidemias y hambres. La población continuaba dentro del modelo demográfico antiguo, dependiente de una economía de subsistencias. Durante el siglo XVIII los pequeños talleres artesanos seguían funcionando aunque sus productos no salían del ámbito local. Hacía 1770, la confección de encajes finos que se enviaban a Cádiz y Sevilla ocupaban la mayor parte de la población femenina. También se tejían alfombras aunque en un número reducido. La ganadería seguía manteniendo su importancia. Puertollano también contaba con colmenas y enjambres con lo que se abastecían de miel y cera a toda la villa. La agricultura, se basaba en los cultivos de vid, olivo y cereal. Sería en este siglo cuando Puertollano iba a aprovechar las propiedades de las aguas minerales para mejorar la economía familiar de algunos vecinos que hospedaban en sus casas al no existir ni fondas ni el balneario. S. XIX Los primeros años del s. XIX no difieren mucho del último periodo al que hemos hablado anteriormente. Durante la guerra de la Independencia, la ganaderia se dio mermada considerablemente