Melquíades podía parecer un hombre común y corriente, pero la realidad es que no tenía nada de común y muy poco de corriente; era un hombre que estaba pisando los 50’s, alto, delgado, de piel morena, aspecto frío y mirada taciturna. A Melquíades le gustaba el sonido de los barcos, pisar las hojas secas al caminar y el sonido del motor de su automóvil; por otro lado Melquíades odiaba los helados de limón, las largas filas para comprar un boleto de cine y el sudor recorriendo su cara.
Melquíades era metódico y perfeccionista, todos los días se levantaba a las 6:16,no a las 6:15,y no a las 6:17, la verdad es que Melquíades también odia los números impares por su falta de perfección, después de levantarse, bañarse y desayunar 250 gramos