Gestion estrategica vs gestion operativa
isma, podemos distinguir 3 estados de sensibilidad por parte de un directivo hacia la gestión estratégica de la empresa:
a) Resultado positivo por encima o ajustado al previsto implica un estado neutro de sensibilidad hacia la adopción de una gestión estratégica de la empresa, basado en la reflexión natural del directivo "¿por qué voy a cambiar algo que está funcionando bien?”
b) Resultado negativo (pérdidas) implica un estado de rechazo a la adopción de una gestión estratégica de la empresa, basado éste en la reflexión del directivo “ahora no tengo tiempo para eso, lo importante es sobrevivir” sin ser conscientes de que la supervivencia pasa en muchas ocasiones por la adopción e implantación de proyectos estratégicos en su empresa derivados de un proceso de reflexión estratégica de la misma
c) Resultado positivo pero por debajo del previsto es la etapa en la que nuestra mente como directivos asimila mejor la posibilidad de implantar una auténtica gestión estratégica en nuestra empresa, si bien en este apartado, podríamos distinguir 2 perfiles de pensamiento: el cortoplacista, que inclinará la balanza hacia una mejora rápida de resultados vía incremento de ventas y el largoplacista, que buscará la mejora de la propuesta de valor a sus actuales clientes en equilibrio con la eficiencia interna, lo que le llevará a contemplar la empresa como un todo integrado, una ecuación con muchas incógnitas acerca de la cual se dará cuenta que solo será capaz de resolver a través de