Emilio Lledó En Pienso Luego Existo
La cercanía con la que habla, la manera en que habla de los demás y de sus amigos, el cariño con el que habla de las personas y el cariño con el que usa el lenguaje en general, hace que te entren ganas de sentarte a hablar con él. No puedo decir que me haya caído bien, o que me haya caído mal, pero me parece una persona muy interesante, que habla con una enorme sabiduría y que no olvida quién es. La manera en la que ha entregado su vida a los demás con la esperanza de abrir los ojos a las personas y enseñarles a ver la realidad. La positividad que transmite, la calma con la que habla o lo fácil que es entenderle me recuerdan de algún modo a las conversaciones llenas de sabiduría que tenía con …ver más…
Y cree que por desgracia, son estos medios los que tienen el poder de esa transmisión de valores, de esa educación.
Cuando cita a Kant, diciendo que lo que realmente somos es lo que nos han enseñado, desprecia la enseñanza “aprendizajoide” y defiende una enseñanza que comunique. Por eso cree que la educación es tan importante, sobre todo en la escuela, hasta el punto de que, si volviese a nacer, le gustaría ser maestro de escuela para enseñar a los niños a mirar y enseñarles a ser seres humanos, ser seres colectivos. Para ello debe enseñarse a liberar la mente, a liberarse de esos “grumos pringosos” para alcanzar la libertad de pensamiento, a ser mentalmente libre, con el fin de que lo que expreses tenga sentido y sea útil para tu entorno.
8. ¿Qué “espera” Lledó, según Juan Cruz, periodista y alumno suyo?
Espera entender, hablar, conversar con la realidad para que esta le de las respuestas que él no tiene. Y sabe que nunca vendrán todas, aunque espera que vengan algunas y esa esperanza reside en la confianza que tiene en los demás, la confianza que tiene en el mundo.
Esa confianza se muestra más adelante en el video como una confianza tan grande, que a Lledó le “repugna” que se señale sólo el pasado negativo de los seres humanos en una sociedad culta en la que se debería cultivar ideales más avanzados como la justicia, la belleza, el bien o la igualdad. Esto último me recuerda a la Ilustración, a la confianza que se tenía entonces en un futuro mejor, y Lledó cree