El coronel no tiene quien le escriba
Todos los fuegos el fuego
ÍNDICE
LA AUTOPISTA DEL SUR.................................................................................. 1 LA SALUD DE LOS ENFERMOS..................................................................... 18 REUNIÓN............................................................................................................ 30 LA SEÑORITA CORA........................................................................................ 39 LA ISLA A MEDIODÍA ..................................................................................... 52 INSTRUCCIONES PARA JOHN HOWELL .................................................... 57 TODOS LOS FUEGOS EL FUEGO …ver más…
Había charlado con todos, salvo con los muchachos del Simca que le caían antipáticos; entre trecho y trecho se había discutido la situación en sus menores detalles, y la impresión general era que hasta CorbeilEssones se avanzaría al paso o poco menos, pero que entre Corbeil y Juvisy el ritmo iría acelerándose una vez que los helicópteros y los motociclistas lograran quebrar lo peor del embotellamiento. A nadie le cabía duda de que algún accidente muy grave debía haberse producido en la zona, única explicación de una lentitud tan increíble. Y con eso el gobierno, el calor, los impuestos, la vialidad, un tópico tras otro, tres metros, otro lugar común, cinco metros, una frase sentenciosa o una maldición contenida. A las dos monjitas del 2HP les hubiera convenido tanto llegar a Milly-la-Foret antes de las ocho, pues llevaban una cesta de hortalizas para la cocinera. Al matrimonio del Peugeot 203 le importaba sobre todo no perder los juegos televisados de las nueve y media; la muchacha del Dauphine le había dicho al ingeniero que le daba lo mismo llegar más tarde a París pero que se quejaba por principio, porque le parecía un atropello someter a millares de personas a un régimen de caravana de camellos. En esas últimas horas (debían ser casi las cinco pero el calor los hostigaba insoportablemente) habían avanzado unos cincuenta metros a juicio del ingeniero, aunque uno de los hombres del Taunus que se había acercado a charlar llevando de la mano al niño con su autito, mostró