El asombro de la lechuza de atenea y la ciencia
En algo tan asumido que no reparamos en lo sorprendente que es. Muchos porqués Pero, pesando un poco, vemos que no hay realmente una razón para que ocurra así. Yo lo he enseñando durante muchos años y cada vez lo encuentro más prodigioso. Y no aminora nada mi asombro el saber que esa ley de la Gravitación puede deducirse de otra más profunda debida a Einstein, según la cual no existe ninguna fuerza entre el Sol y los planetas, sino que estos se mueven puramente por inercia, siguiendo trayectorias de mínima distancia en un espacio-tiempo curvado por las presencias de las masas. Muy al contrario, eso me parece aún más portentoso, pues, ¿por qué se curva el espacio?, ¿cómo es posible que la geometría dependa de la materia?, ¿por qué siguen las masas esas trayectorias y no otras? y, sobre todo, ¿por qué siguen una ley y no están dominadas por el azar ciego? Y si de los astros o la materia inerte pasamos a la vida, la sensación de maravilla estalla literalmente. Pues las explicaciones de los fenómenos vitales de la biología mediante reacciones químicas resultan aún más sorprendentes. Veamos por qué. En una reacción química dos o más átomos se unen y forman una nueva configuración, gracias a las fuerzas electromagnéticas atractivas entre sus electrones y sus núcleos. Todos hemos repetido también en la