El Primer Abogado
La Abogacía fue patrimonio de los ciudadanos libres y selectos. En Roma, fue profesión de Patricios ricos y poderosos. Es que Abogar por los débiles y necesitados era un privilegio de caballeros y de ciudadanos ejemplares.
Según José María Martínez Val, “La Abogacía, antes de ser una profesión, fue una actividad señera, señoril. Al margen de lo que el humor y la crítica de generaciones de literatos ha podido acuñar en su contra; al margen de lo que el sentimiento popular ha producido en refraneros plurilingües, una realidad histórica y social sobrenada y emerge: la Abogacía como defensa de personas, derechos, bienes e intereses”. * Nació en el siglo III a.C. en Sumeria. Fue en defensa de una …ver más…
Naturalmente, al convertirse la Abogacía en una profesión, pierde alguna de sus originarias características. En un principio (período republicano de Roma), como dice PAOLI, la remuneración era un hecho privado y no necesario. Quedaba fuera del “patrimonio”. El cliente no tenía obligación de pagar ni el Abogado derecho de pedir. Pero si aquél, en cualquier forma, daba algo y el abogado lo recibía, la donación era válida. Eran “leges imperfectæ”. Lo deshonroso era la “quota litis”, que implicaba el interés económico del defensor en el asunto, y el convenir previamente un precio para el ejercicio de la defensa. En aras de la tradición del patrocinio por razón de vínculo familiar y de clientela la remuneración, cuando la hubiere, debía ser “causa honoris”, honorario. De dónde procede la denominación que se conserva aún hoy. Pero al lado de estos “oratores”, que abogan en los Pretorios, hay también los jurisconsultos, cuya actividad es responder las consultas desde un alto magisterio reconocido. Algunos llegarán a alcanzar situación oficial y prominente. Sus respuestas deberán ser tenidas en cuanta a la hora de decidir el juicio en la Sentencia. Son las “responsa prudentium”. En