El Niño Cimarron
1347 palabras
6 páginas
Reporte de lectura: Los progresos del niño cimarrón.Autor: Jean Itard.
Núcleo central del texto: El proceso evolutivo del niño cimarrón.
Resumen: Un niño de unos once o doce años había sido avistado desnudo por los bosques de La Caune, buscando bellotas o raíces para alimentarse, unos cazadores se apoderaron de él, lo llevaron a un caserío de los alrededores y lo dejaron a la guarda de una viuda, pero este se fugó a los pocos días de su llegada. Fue capturado de nuevo y transferido inmediatamente a la casa de beneficencia de Saint-Affique. Durante su permanencia en estos sitios se le vio …ver más…
5. Que se emplease durante un cierto tiempo en proyectar las más simples operaciones anímicas sobre los objetos inmediatos de sus necesidades, para sustituírselos más adelante por objetos de enseñanza.
1. Que paulatinamente se fuese aficionando a la vida entre los hombres, haciéndola más dulce y llevadera de lo que había sido hasta el momento y sobre todo más afín a la silvestre existencia que tan contra su gusto y condición se habían visto obligados a abandonar.
El repentino desarraigo de su género de vida, la desconsiderada actitud de los curiosos, las inevitables crueldades padecidas a lo lardo de si conveniencia con niños de su edad parecían haber dado al traste con la última esperanza.
Madame Guérin, a quien la administración confío a partir de entonces el cuidado especial del niño, viene empleándose en su abnegado cometido con la paciencia de una madre, comer, dormir, holgar y recorrer los campos, eran las únicas cuatro manifestaciones que tenía el niño.
Cuando permanecía en su habitación se le veía invariablemente entregado a su monótono, agobiante balanceo, los ojos vueltos siempre a la ventana, la mirada vagando tristemente en el vacío de la tarde, apacible y mortecina; pero si por ventura entonces daba en soplar de súbito un viento tormentoso, o bien el sol, oculto tras las nubes, las rajaba de pronto, descubriendo su rostro relumbrante e inundado los aires con su luz dorada, ahí eran estrepitosas explosiones de una risa exultante, de un