El Credo Católico
La Iglesia dice lo que hace
El credo es algo así como el plano de carreteras que nos señala las bellezas de ese mundo nuevo a cuyas orillas nos permite llegar al sacramento del bautismo. La confesión de fe se inaugura en el asombro y en la plegaria de acción de gracias.
Un Dios que cuestiona
Dios viene al encuentro del hombre. No viene a él para exhibirse o mostrare solamente, para jactarse de su belleza. propone un camino e invita a marchar con él: seguidme. caminando con él, es como descubriremos las bellezas del país a donde vamos. Pero Dios es honrado y dice ante todo: ¿quieres venir en mi seguimiento? ¿Quién soy yo para ti?
Decimos sí al amor
Su texto debe estar primero inscrito en nuestros corazones, como …ver más…
El credo se origina en la triple pregunta del bautismo:
¿Crees en el Padre, fuente de todas las cosas?
¿Crees en su Hijo Jesús, hecho hombre para salvarnos?
¿Crees en el Espíritu Santo, que hace vivir a la iglesia?
Lo que llamamos el “símbolo de los apóstoles” o el credo pequeño es una antigua profesión de fe de la comunidad de Roma.
Recitamos pocas veces este símbolo de los apóstoles, que encontraba más bien su lugar en la oración personal; y muchos se han olvidado del texto. Pero recordemos lo cerca que se encuentra de la fe de los apóstoles.
Cuando el emperador manda
En la primavera del año 325, 300 obispos, casi todos orientales, convocados por e emperador Constantino, entraron en el palacio Imperial de Nicea; este impuso a los obispos que se pusieran de acuerdo sobre un texto de confesión. Los obispos adoptaron como texto de base la confesión de fe de la Iglesia de Cesarea de Palestina, presentada por su obispo Eusebio.
Unos obispos muy interesantes
El año 381, un concilio local reunió en Constantinopla a unos cuantos obispos de la región, para precisar en la confesión de fe lo que se relacionaba con el Espíritu Santo, ya que algunos movimientos disidentes negaban su divinidad, y por tanto su acción en el misterio de la salvación.
Se desarrolló la confesión de fe integrando en ella al Espíritu Santo, señor y dador de vida.