seres humanos y a las cosas en clientes o partidarios de uno o del otro. Con el agravante que creen que el espíritu del ser humano es de Dios y que su cuerpo es del demonio. Todo parece indicar que los Escribas fundamentaron sus escritos sólamente en fuentes estrictamente hebreas o judías, de historia, poesía, Teología y filosofía hebrea.

Pero esta historia de resistencia o contención, tan completa, que hemos podido observar entre los redactores y Escritos del Antiguo Testamento, no la vamos encontrar en el Nuevo Testamento. Pues lamentablemente, en los Escritos del Nuevo Testamento, hay influencia maniquea.

Preparémonos. Abramos nuestra mente y con Humildad aceptemos las correcciones que nos impone la hebraícidad de dichos …ver más…

Eva y Adán escogieron ignorar el mandato de Dios.
Satanás, a quien se señala, hoy día, como la personificación del mal, Job, que no es un libro hebreo en sentido estricto, sino semita de Ur, lo presentan no como un enemigo de Dios, sino como un especie colaborador que se presta, con el permiso del mismo Dios, para poner a prueba la consistencia o no de la justicia de seres humanos como Job
Los aficionados a fijar la Existencia personal del mal en Satanás o Luzbel, Angel de luz, fundamentan sus razonamientos en la Sátira contra el Rey de Babilonia (Isaías 14: 3-4, 12-20, y la Elegía al Rey de

Tiro (Ezequiel 28:11-19) que sugiere la existencia de un opositor personal a Dios. Pero que en ambos casos se les profetiza un final cercano: “Pero has sido arrojado al sepulcro, a lo más profundo de la fosa ( Isaías 14:15) Al verte, han quedado espantadas todas las naciones que te conocen, has llegado a un final terrible y ya no volverás a existir (Eze 28: 19).
Los libros más genuinamente judíos como el Pentateuco, las crónicas populares, de reyes, los salmos, proverbios profetas, mayores y menores. Es decir todo el Antiguo Testamento NO ATRIBUYEN EL MAL EN EL SER HUMANO Y EN LA CREACIÓN AL LLAMADO SATANÁS, TAL COMO HOY DÍA SE ACOSTUMBRA CUANDO SE DICE POPULARMENTE: “Se le metió el diablo”, “Eso es obra del diablo”, exc.
Lo dicho hasta aquí nos permite afirmar: que los textos del Antiguo Testamento, no son los responsables de