Dialogo Cronicas de una muerte anunciada
Era un día normal en la vida de Santiago Nasar, se encontraba en su casa durmiendo, con resaca por una anterior celebración; Ese día por la mañana Santiago habría salido a las 6:05 hrs de la mañana con el propósito de esperar al obispo, se puso sus mejores prendas, algo que el comúnmente nunca usaba.
Antes de irse Santiago se encontraba en su casa; en compañía de su madre Placida Linero, quien poseía la facultad de interpretar los sueños siempre que se le contara en ayunos.
Esa noche Santiago había tenido un sueño, le quedo dando vuelta, algo que poco común, por lo …ver más…
Bayardo: que rara esta sensación de estar aquí contigo, eres tan hermosa!
Ángela: gracias, es un placer hacerte compañía.
Bayardo: debes arreglarte, esta noche debes ser la mujer más hermosa de todas.
Ángela: claro, eso are, pero antes debo confesarte algo..
Bayardo: ¿qué sucede?
Ángela: debido a estos sucesos, no me queda más que otra que confesarte, las cosas ya están hechas y oh bayardo… Yo ya no soy virgen…
Narrador: Bayardo furiosos, devuelve a Ángela a sus padres, esa su noche de nupcias y no podía aceptar la deshonra, pero el sabia que Ángela más que amor, el provenía de una familia adinerada, se esmero por conquistar a Ángela, y aunque era un tipo raro, logro impresionar a sus suegros y cuñados.
Ángela por su lado, lo quería, peor por razones contrarias al amor, ya que detestaba a los hombres altaneros y esta era la mayor.
Aun así los novios se casaron, aumentaron hasta el delirio por el dinero de Bayardo. Los invitados se fueron a sus casas la noche comenzaba a a terminar.
Los gemelos Vicarios se dirigen a su casa, sin esperar encontrar a Ángela moribunda por los golpes.
Vicario I: Ángela! Que te ha sucedido, Dios mío!
Vicario II: oh Dios mío! Hermana ayúdame a levantarla
Vicario I: Ángela, ¿¡Quién te a hecho esto!?
Ángela: Santiago Nasar, el fue
Vicario II: pero como, que a sucedido..
Ángela: no lo se… recuerdo que solo me sostenía con una mano, y con la otra me golpeaba como desaforado por la rabia, Vicario! Creí que me mataría..