Dejadme en paz
Traducción de Verónica González Gutiérrez
Pearson/Alhambra (Madrid, 2007)
El acoso escolar, también conocido como “bullying”, es una práctica que ha existido siempre, pero que en los últimos tiempos ha alcanzado niveles alarmantes de crueldad, al grado de llevar a muchas de sus jóvenes víctimas al suicido. A pesar de que vivimos en sociedades comunicadas de forma inmediata entre sí, gracias, sobre todo, a la estupenda herramienta del internet, ello no nos basta para lograr la empatía con los otros. La insensibilidad y la violencia cunden, sin importar el grado de desarrollo del país en cuestión: algunos de los casos más sonados de suicidio por acoso escolar se han dado en naciones como Japón, España y …ver más…
No sólo es en el ámbito de la escuela en que sufre golpes e insultos Niko, sino que sus victimarios lo siguen a casa y le roban dinero y objetos de valor sin que nadie intervenga. La vida de Niko se convierte, pues, en una pesadilla kafkiana, no muy adecuada respecto del ámbito “realista” en el que se circunscribe la novela.
En ocasiones incurre la autora en la tentación de intervenir en su relato, explicando con adjetivos lo que debería desprenderse de los mismos hechos narrados: “De este diario se leyeron en voz alta algunos fragmentos que dieron una idea de la terrible y vejatoria historia de Niko”. Estas intervenciones, en vez de conseguir la conmoción del lector, pueden dejarlo escéptico respecto de las dotes de su autora para ser una narradora convincente, carencia que intentaría paliar recurriendo a torpezas de principiante.
Los abusos se suceden uno tras otro en el libro. El problema se presenta cuando, avanzada la obra, se cae en la repetición y, por lo tanto, en la monotonía. A fuerza de insistir en la violencia, ella va perdiendo contundencia y su capacidad de convocar nuestra solidaridad y nuestra cólera. El interés se centra, entonces, exclusivamente en conocer el dato oculto planteado desde el inicio, lo cual nos hace pensar que quizá a la novela le sobran unas cuantas decenas de páginas.
Sin duda, el propósito de Elisabeth Zöller al escribir ¡Dejadme en paz!