Comentario lingüístico
En la primera, Lucas ostenta una dislocación evidente del grupo de intensidad: antepone la inmediatez de la solución, ya, para tranquilizar a Lola; mientras que pospone el pronombre sujeto, tú, que refuerza al final con el nombre propio de la interpelada, Lola, para arroparla mejor: es decir, resalta a la esposa de Joaquín y la inmediatez de la solución. En ella emplea una entonación exhortativa propia de la condolencia encarecida. La última intervención, tiene una modalidad enunciativa, pero se aproxima a las exclamativas: tiene un primer ascenso tonal, nada, con una modulación llana seguidamente, que concluye con un descenso tonal: que fuimos a coger uvas a Monterrodilla. Es la entonación propia de quien recalca, mediante la función emotiva, estar afectado por el incidente, pero retoma el porte de serenidad necesario para comunicar tranquilidad a Lola. El autor ha caracterizado a Lucas con un idiolecto prosodemático que combina la emoción y la serenidad de quien va a comunicar una tragedia.
En cuanto al plano morfológico, hay un enorme predominio de sustantivos concretos sobre los abstractos. Predominan los que son perceptibles por los sentidos, en cuanto el autor quiere hacer que el receptor perciba todos los detalles de la desgracia, sirva de ejemplo esta oración: Un puntal del carro se había desprendido de la hembra del enganche cuando subían los toneles. Ello