Bola De Sebo
Después de cenar, se marchan todos a sus habitaciones. Loiseau observa por un agujero que Cornudet intenta aprovecharse de Bola de Sebo, pero ella se niega.
Por la mañana, al no encontrar, al que conduce la diligencia, parten a buscarlo. Lo encuentran charlando con los prusianos. Y es que los vencidos y los vencedores conviven en armonía en aquel lugar. Es el mayoral quien les dice que el oficial prusiano le ha impedido preparar la diligencia. Los tres burgueses hablan con el oficial, y éste simplemente les responde que no continuarán el viaje.
El oficial manda preguntar si Bola de Sebo ya se decidió, ella confiesa que las intenciones del oficial son estar con ella. Al amanecer el nuevo día, comenzaron algunos a indignarse por la negativa de Bola de Sebo; pues sabían que de ella dependía que se reiniciara el viaje. La señora Loiseau dice que como era posible que si el oficio de Bola de Sebo era complacer a los hombres por qué no lo hacía con uno más y si ese día podía sacar a todos de un apuro se hacia la muy digna. Todos reunidos decidieron convencer a Bola de Sebo que complaciera los deseos del oficial. Para el día siguiente, manda a decir Bola de Sebo que no la esperen, que se halla indispuesta. Esto hace creer a todos que finalmente se decidió a entregarse al prusiano. Y tal cosa ocurriría. Al día siguiente, todos se disponen para continuar el viaje. Bola de Sebo fue la última en llegar. Saludó. Todos parecían despreciativos a la vez con ella,